“Un cabezazo, luego patadas y puñetazos”

Sarnico. Querían subir al autobús sin billete. “Puse mi mano en el pecho de uno de ellos para bloquearlo, me dijo ‘no me toques’ y luego me dio un cabezazo”. Pasaron unos segundos y llegaron dos más: “Me empezaron a dar patadas y puñetazos, aunque ya estaba en el suelo. Lo que puedo decir es que ese pequeño grupo ya había creado problemas”.

Al parecer, la semana pasada intervino la policía: “Un autobús fue detenido durante quince minutos porque una chica no quería pagar el billete, y en otra ocasión alguien había pulsado el botón de emergencia para abrir las puertas y dejar subir a los pasajeros. amigos por detrás.” Sin pagar el billete, evidentemente.

“Ya no hay respeto”, comenta con amargura licenciado en Letras, el conductor de 55 años fue agredido el martes por la tarde (18 de junio) en la parada de autobús que conducía en Sarnico, a pocos pasos del ayuntamiento. “Ya me había pasado en 2009, en Bolgare. Incluso en ese caso me dieron una bofetada porque querían subir sin pagar. Esa vez, sin embargo, le devolví la bofetada. La empresa me volvió a llamar, lo recuerdo bien”.

BA, conductor de la empresa de transporte Arriva, fue trasladado al servicio de urgencias de Iseo (Brescia), donde se le detectó una fractura no desplazada del tabique nasal, además de varios hematomas en el rostro, como se puede comprobar. de la foto – y ‘oreja. En el hospital le dieron un pronóstico de 7 días y le indicaron una visita al otorrinolaringólogo.

En el hospital también hizo las primeras declaraciones a la policía, que ya identificó a uno de los autores. “Mañana – asegura el hombre de 55 años – iré personalmente al cuartel a presentar una denuncia”.

“Una vez más, un ataque contra un conductor es simplemente inaceptable – comentó Pasquale Salvatore, secretario general de Fit Cisl Bérgamo -. Hay una verdadera hemorragia de conductores, tanto por factores económicos, pero también y sobre todo por estos motivos”. En la provincia habría un centenar de desaparecidos.

Los ataques contra el personal son muy frecuentes. “Recibo 2 o 3 informes al día – añade el sindicalista -. Quizás no tan grave como para acabar en urgencias, pero muchas veces me hablan de insultos, bofetadas, empujones. Desde hace tiempo – concluye – venimos pidiendo una mesa provincial sobre seguridad junto con la política, las empresas y las fuerzas del orden para poder organizar medidas específicas para proteger a los trabajadores y usuarios. Llevamos cuatro años esperando”.

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