Un documento oficial publicado en diciembre de 2022, elaborado por el auditor general John Muwanga, puso de relieve una situación crítica: grandes sumas procedentes de las exportaciones de oro, equivalentes a 340 mil millones de chelines ugandeses (unos 89,3 millones de dólares), no estaban sujetas a impuestos. Esta omisión resultó en una pérdida significativa para el erario público, en un año en el que el valor del oro exportado alcanzó la vertiginosa cifra de 1.800 millones de dólares.
La falta de recaudación de impuestos se atribuyó oficialmente a la suspensión de la aplicación de un impuesto a la exportación equivalente al 1% del oro exportado, ordenada por la ministra de Energía y Desarrollo Mineral, Ruth Nankabirwa.
El origen del conflicto se remonta a abril de 2022, cuando se introdujo una nueva ley fiscal que preveía un impuesto del 5% sobre cada kilogramo de oro refinado y del 10% sobre el oro sin tratar destinado a la exportación, con un impuesto adicional de 200 dólares estadounidenses. por kilogramo. Los exportadores de oro han impugnado estos impuestos, que consideran insostenibles, por temor a la pérdida de competitividad y la fuga de empresas hacia países vecinos exentos de dichos impuestos. Su respuesta ha sido negarse a realizar pagos y, en algunos casos, recurrir al contrabando.
La URA, siguiendo directivas ministeriales, ha suspendido la recaudación del impuesto a la exportación para dar cabida a los exportadores. Esta maniobra produjo efectos positivos para el mercado del oro de Uganda, estimulando exportaciones por valor de 171 millones de dólares sólo en el mes de agosto de 2022.
Uganda ha experimentado un crecimiento exponencial en el sector del oro, posicionándose como uno de los principales exportadores del mundo, particularmente a Oriente Medio y, más concretamente, a los Emiratos Árabes Unidos. Al final del año fiscal 2020/21, el oro asumió la posición de principal producto de divisas del país, generando más de 2.200 millones de dólares en ingresos.
A pesar del clima tenso, la autoridad fiscal de Uganda ha intensificado recientemente sus esfuerzos para regular el sector y garantizar el cumplimiento de las leyes fiscales. La URA se ha acercado a las aerolíneas que operan en el país, instruyéndoles a rechazar los envíos de oro sin la documentación adecuada que demuestre el pago de todos los impuestos adeudados. El transporte de oro no declarado es, de hecho, una acción contraria a las normas de la Gestión Aduanera de la Comunidad de África Oriental.
La situación se complicó aún más cuando tres refinadores y exportadores de oro – Bullion Refinery Ltd, Aurnish Trading Ltd y Metal Testing Ltd – demandaron a URA por incumplir las órdenes de un tribunal que, a partir del 4 de abril, había eximido a las empresas del pago del controvertido impuesto de exportación. Las empresas argumentaron que la autoridad tributaria continuó enviándoles solicitudes de pago a pesar de las órdenes judiciales. Sin embargo, un veredicto judicial posterior determinó que la URA no había actuado incorrectamente.
En consecuencia, representantes de las tres empresas se reunieron con la dirección de la URA para llegar a un acuerdo sobre la definición de los pagos pendientes. Simon Esunget, director en funciones de aduanas del aeropuerto de Entebbe, expresó su intención de encontrar una solución que facilite a las empresas el pago de sus deudas, ahora que una decisión judicial ha aclarado la posición de la URA.
En conclusión, está claro que Uganda se encuentra en un momento crucial para la gestión de su sector del oro, un activo precioso que representa un recurso fundamental para la economía nacional, pero también un campo fértil para disputas legales y financieras. Por lo tanto, la URA está llamada a equilibrar los imperativos fiscales con la necesidad de mantener un entorno económico propicio para la inversión y el comercio.
