El violín de Albert Einstein “encuentra su voz” en Cremona

CREMONA – Los caminos de la lutería son infinitos y pueden borrar distancias y décadas, si no siglos, en nombre de la pasión por la música. Y aquí está Albert Einstein, Sergej Krylov y el luthier Gaspar Borchardt tienen en común la pasión desenfrenada por la música de Giovanni Viola, 12 añosNacido en Voghera, toca el violín desde los cuatro años. «Todo empezó realmente por casualidad – dice el pequeño y talentoso violinista -. Mi papá llegó a casa y me leyó un artículo en Provincia de Pavía que hablaba de una profesora especializada en enseñar piano a niños. Me convenció para intentarlo. Luego descubrimos que en realidad enseñaba violín y había escrito sobre piano para llamar más la atención. Empecé sin muchas ganas, luego mi papá me llevó a hacer masterclasses por toda Europa y me apasioné por el violín.”

Juan Viola

Giovanni está en séptimo grado y, dice su padre gianmario: «Toca todo el día, le encanta la música clásica. No sé de dónde sacó esta pasión, pero lo animamos a él, a su hermano. Pedro A los 9 años empezó a estudiar violonchelo.”

Como suele ocurrir, la pasión se alimenta de los encuentros, y así fue para Giovanni Viola, a quien le regalaron el violín que Einstein tocaba durante sus veranos en Pavía y que la familia Viola – in nome hominem – confió al luthier Borchardt.: «Conocí al simpático luthier Gaspar, a través de mi profesor de violín, Dmitri Chichlov – dice -. El maestro, a su llegada a Cremona procedente de Moscú, fue alojado durante varios años en la casa del luthier Krylov, padre de su mejor amigo Sergej. Aquí conoció a Gaspar, que sigue siendo su luthier favorito. Después de que los propietarios decidieron confiarme el violín de Einstein, mi padre llevó el instrumento a Gaspar para que lo restaurara”.

Albert Einstein

Y ésta es la primera coincidencia que llevó el violín de Einstein a manos de Borchardt y su colega Claudio Amighetti. Pero La historia del violín de Einstein destinado al joven violinista es una mezcla de azares y encuentros. “Recibí el violín de Mariano, melómano fallecido el pasado mes de febrero y sobrino del violinista Giovanni Bianchi de Pavía que en 1964 tomó posesión del violín utilizado por Einstein en los años en que vivió en la zona de Pavía – cuenta una historia bien documentada -. Bianchi compró el instrumento al notario Davide Giulietti de Casteggio que frecuentaba el salón literario de la villa de la familia Marangoni, también en Casteggio”.

Y mientras Viola cuenta la historia, sugiere: «Estamos a finales del siglo XIX. Ernestina Marangoni, hija del dueño de la villa, conoció a Albert Einstein en el verano de 1894. en Bagni sul Ticino, y entre ambos nació una simpatía, como lo demuestran varias cartas que intercambiaron durante algunos años”.

La presencia del descubridor de la teoría de la relatividad está ligada a la historia de la familia de Albert Einstein que «después de una desafortunada experiencia empresarial en Munich llegó primero a Milán y en 1894 a Pavía, donde el padre Hermann junto con su hermano Jacob, el ingeniero Garrone y el ingeniero Cerri, fundó los Talleres Nacionales de Electromecánica en Pavía, Ing. Einstein, Garrone y Cía. – continúa en su relato -. Durante los veranos de 1894 a 1899, Albert Einstein se trasladó a Pavía y también frecuentaba la casa Marangoni; le apasionaba el violín pero, al no tener el instrumento, tocaba lo que le prestaba el notario Giulietti. Las tardes musicales, con Albert Einstein al violín, acompañado por el notario Giulietti al piano, les siguió la burguesía local”.

«Todo esto me lo contó mi amigo Mariano y lo aprendí del libro ‘La Casteggio di Albert Einstein’ del historiador Fabricio Bernini – concluye el joven violinista -. Con el fallecimiento de Mariano que me seguía en mis conciertos, los dueños del violín que desean permanecer en el anonimato, decidieron donarlo. Tendrá cierto efecto interpretarlo, cuando mi amigo Borchardt le haya devuelto la vida, dándole voz de nuevo. No puedo esperar para tocarlo y escuchar su voz”.

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