“Tenía fuego por dentro”, la lucha de las mujeres por hacerse creer

“Tenía fuego por dentro”, la lucha de las mujeres por hacerse creer
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Es un dolor que no se puede decir, lo que cuenta. Té Ranno en “Tenía un incendio dentro”. Un dolor soportado durante años, subestimado y subestimado por los médicos, no escuchado por quienes deberían haberlo tratado. Como ocurre demasiado a menudo con las mujeres, a las que no se les cree cuando dicen que se sienten mal, que sufren. Como cuando dicen que sufren violencia. En esta historia de la que no podemos separarnos hasta el final, Ranno se sincera con valentía sobre su historia personal y cuenta la historia de su enfermedad. endometriosis, pero no solo. Paralelamente, está la historia de una pasión y un sueño perseguido, también aquí el ser mujer que no facilita sino que complica.

Libérate de la vergüenza del “rojo”

La endometriosis es una enfermedad sutil y violenta, que sólo se ha conocido y estudiado en los últimos años pero que, hasta hace poco, se diagnosticaba con gran retraso, sometiendo a las mujeres que la padecían a dolor y sufrimiento severos, no explicado, no cuidado, no comprendido. No se puede ver la endometriosis, entonces es como si no existiera. La resistencia fue el consejo más frecuente: “Todo el mundo tiene el dolor de la menstruación, ¿cuál será?”. El rojo de la sangre menstrual y de la enfermedad es la vergüenza que no se puede contar, que hay que ocultar como si fuera pecado. Pero los dolores que provoca la endometriosis no son dolores menstruales normales, son dolores insoportables (“Un perro que muerde por dentro”, dice Ranno), de urgencias, de una intravenosa en vena para calmarlos.

Es una pena que, al no entender su poder, el sufrimiento acabara siendo subestimado y desclasificado y, tal vez, la mujer fuera tachada de “demasiado ansiosa” o “exagerada”. Este libro es un acto de coraje de Tea Ranno, que se desnuda por la redención de todas aquellas mujeres que padecen endometriosis y que, durante toda su vida, han pensado exactamente esto: que eran “exageradas”, como les dijeron. El libro de Ranno es un desahogo y una liberación, porque cuenta cómo fue para ella seguir adelante junto con la enfermedad, fingiendo que todo estaba bien sin poder nunca sentirse realmente bien, con el hábito del dolor y con esos síntomas que en cambio, deben ser ignorados, aceptados y subestimados. Porque está en juego la vida, que realmente se puede arriesgar, como enseña el relato del autor. Un testimonio deliberado y decidido precisamente para que no haya más mujeres que puedan arriesgar su existencia por no haber recibido la atención adecuada, por haber escuchado a quienes decían que podían tolerarlo.

El camino hacia ella misma

“El dolor era la historia de todos (los pacientes), que no les creyeran era la historia de todos, los diagnósticos erróneos eran la historia de muchos, la muerte era la historia de algunos”, dice Ranno. Que también aquí, en su historia, vuelve a contar historias de mujeres como en sus novelas, mujeres que se encuentran, que se apoyan, que crean una familia, que se reconocen, incluso en la enfermedad. Y la liberación, también en este caso, no es sólo la de la endometriosis, sino también la de la niña que no sabe decir que no, que se porta bien y se queda callada. Liberación de esos hombres (¡no todos los hombres, claro!) que creen saberlo todo pero que en realidad ni siquiera saben mirar lo que tienen delante (los médicos, pero no sólo).

Cuando Ranno habla de su formación en escritura, su mentor le ofrece autores para estudiar, libros y lecturas. El autor escribe: “Literatura sólo para hombres. Los hombres hablan de mujeres, hablan de mujeres, inventan historias sobre mujeres, improvisan como mujeres, pero no son mujeres: no menstrúan, no saben lo que significa sufrir cíclicamente, teniendo que sacudirse siglos de ignorancia forzada. , encierro forzoso en la casa -lavar, planchar, traer niños al mundo, pala, crochet, tejer, cuidar a los viejos, a los enfermos, componer a los muertos-, humillaciones de la inteligencia. No saben lo que significa temer ataques fálicos en las esquinas, sufrir atenciones no deseadas de los jefes, manos largas, chantajes silenciosos, conservar el trabajo. Si quería aprender literatura, tenía que recurrir a los maestros. ¿Y mujeres? ‘Místicas o brujas’, me despidió.”

Por lo tanto, también aquí hay obstáculos que superar, estereotipos y prejuicios superar para alcanzar la autorrealización. Con la red de afectos que sostiene, ama, ayuda y da sentido. Con las bellas, positivas y cálidas figuras masculinas que las acompañan y con todo ese florecimiento de figuras femeninas del presente, del pasado, de los cuentos, que pueblan las páginas y -ahora lo sabemos- también la vida del autor. Entonces sí, la magia también tiene algo que ver, en un libro hermoso y útil, escrito con sabiduría y con ese rojo que se convierte en calidez, que al contar la historia de una enfermedad logra transmitir alegría, fuerza y ​​pasión por la vida, en en el que se siente el amor dado y recibido junto con demasiado sufrimiento sufrido, la gratitud junto con la ira ante los errores, las injusticias y el cansancio. .

Porque escribir, como dice Ranno, es volver ahí, al punto exacto del dolor. Y saber aprovechar ese sufrimiento, haciéndolo precioso, como lo hace este libro.

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Título: Tuve un incendio dentro
Autor: Té Ranno
Editorial: Mondadori
Precio: 19 euros

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