Misa Crismal: Mons. Pellegrini (Concordia-Pordenone), “el sacerdote debe ser ante todo un hombre de oración”

Misa Crismal: Mons. Pellegrini (Concordia-Pordenone), “el sacerdote debe ser ante todo un hombre de oración”
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(Foto diócesis Concordia-Pordenone/SIR)

“En la vida del obispo, del sacerdote y del diácono, de los consagrados y de los fieles laicos, la relación íntima y personal con Jesús debe convertirse en una prioridad absoluta. Por eso deseo hacer una pausa y meditar en esta celebración particular para nosotros los sacerdotes, sobre el hecho de ser hombres de oración, medio privilegiado para cultivar la relación personal con Jesús”. Mons. lo dijo. Giuseppe Pellegrini, obispo de Concordia-Pordenone, en la homilía de la misa crismal presidida esta mañana en la concatedral de San Marcos, en Pordenone.
“En nuestra vida de consagrados, pero también en la vida de muchos fieles laicos, hay algunas tensiones a tener en cuenta entre oración y trabajo, entre asiduidad con el Señor y misión apostólica hacia el mundo, entre el momento en que uno es evangelizado y aquel en el que se realiza la evangelización – observó el prelado -. Un equilibrio delicado, diría casi frágil, que hay que buscar cada día, so pena de perder la estabilidad y la serenidad humana y ministerial”. De ahí la invitación a “dar orden al tiempo, creando prioridades en él”. En la tradición cristiana, la oración tiene la tarea de ordenar el tiempo y el espacio, de ordenar el mundo interior, mediante la capacidad de discernir y elegir lo más importante”. Es importante “comenzar el día con un tiempo de oración y diálogo con Dios, para que las actividades y compromisos del día no acaben ocupando todo nuestro tiempo”. “En verdad – aseguró el obispo – la oración es decisiva porque es la otra cara de la moneda de la fe. La oración nace de la fe y se refiere a ella”. En definitiva, debemos “orar siempre sin cansarnos, orar sin cesar” deseando que “Dios entre en las diversas situaciones de la vida”.
A la celebración asistieron, entre otros, un representante de la Comisaría de Policía de Pordenone que donó, como todas las Comisarías de Policía de Italia, el aceite procedente del olivar del “Jardín de la Memoria” construido en el terreno donde tuvo lugar la masacre. de Capaci: “un signo de cercanía y de corresponsabilidad por un mundo orientado hacia la justicia y la paz”, comentó Pellegrini. Según la tradición, los sacerdotes donaron “un salario” al fondo extraordinario de solidaridad diocesano que, en 2023, recibió 114 ofertas de sacerdotes y diáconos por un total de 48.620 euros.

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