Así, un arte inesperado cuestiona la mirada del creyente.

Así, un arte inesperado cuestiona la mirada del creyente.
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La dificultad para entablar un diálogo con el arte contemporáneo, como el que surgió a raíz de la Exposición “Gratia plena” de Andrea Saltini instalada en el Museo Diocesano de Carpiparece ser el síntoma de uno más amplio dificultad para ampliar la miradapara abrir el horizonte, prefiriendo elegir el camino más fácil (y más peligroso) de tonos de gritos y campañas de odio realizadas a través del teclado. Centrarse en un detalle puede hacerte perder de vista el conjuntoes decir, el contexto que por sí solo puede permitirnos comprender ese mismo detalle.

Si lo abrazas en su totalidad, la exposición “Gratia plena” cuestiona la mirada del creyente. Esto lo hace un artista que no es creyente, pero que dialoga con los creyentes: como especifica Don Carlo Bellini, vicario episcopal para la pastoral, en el prefacio del catálogo, «la espiritualidad puede estar ligada a una religión pero también ser Una espiritualidad sin Dios, como expresión natural de la madurez humana. […]. Si observamos las obras de Andrea Saltini debemos reconocer que están imbuidas de espiritualidad.” Y la crítica Cristina Muccioli añade: «En sus obras se intuye el ejercicio, que en griego era ascetismo, de darnos una brecha entre lo invisible y lo visible. […]. Los temas de Saltini son evocaciones misericordiosas, convocadas y acogidas sin exclusiones higiénico-estéticas.”

Aquí, sin exclusiones: Saltini interroga al creyente. Y lo hace precisamente a través de aquellas figuras que, con actitud viviseccionista, se agolpan alrededor de los cuerpos de Cristo o de María. Cuestiona nuestra capacidad de situarnos en un nivel de comprensión del misterio distinto del anatómico-científico, del racionalismo miope que quisiera reducirlo todo a categorías meramente humanas.. La pregunta que hay que plantearse, y que realmente se plantea esta exposición, es ¿cuánto Limitamos nuestra comprensión de la realidad al mero aquí y ahora.en lo que intentamos adaptar el mundo que nos rodea a la medida de nuestra finitud.

El artista es explícito: «Creo que el sentido de trascendencia, quizás perceptible en estas obras, proviene de nuestros intentos de tender hacia un misterio mayor. Creo que la serie “Gratia plena” gira en torno a la rueda del hombre y la necesidad de trascender de alguna manera nuestro sufrimiento. En realidad no habla sólo de esta lucha; es, en sí mismo, una prueba de esta lucha.” Esas obras “sin exclusiones higiénico-estéticas” nos invitan a tomar conciencia de los límites que marcan constitutivamente al hombre. y su comprensión de la realidad, sin exigir que la realidad se ajuste a este límite. La mirada parcial, como la que se centra en un detalle para definirlo como “blasfemo”, es muchas veces una mirada distorsionada. Si se exaspera, se corre el riesgo de producir acciones distorsionadas.

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