Las muertes en La Meca a causa del calor son una advertencia para todos – Pierre Haski

Las muertes en La Meca a causa del calor son una advertencia para todos – Pierre Haski
Las muertes en La Meca a causa del calor son una advertencia para todos – Pierre Haski

La semana pasada, más de 1.300 fieles en la peregrinación anual a La Meca (hajj) murieron cuando las temperaturas superaron los 51 grados. Cuando se produce un número tan elevado de muertes durante un acontecimiento de esta magnitud, es necesario plantearse algunas preguntas, en este caso relativas a la organización de un momento crucial en la vida de los musulmanes, pero también al aumento de las temperaturas.

Cada año, el haj atrae a unos dos millones de personas de todo el mundo a Arabia Saudita. Su presencia crea problemas logísticos, económicos y de seguridad (ha habido varios ataques en el pasado). A todo esto se suman cada vez más las cuestiones relacionadas con el clima. Las temperaturas de 51 o 52 grados resultaron insoportables para los ancianos y los más frágiles.

Las autoridades sauditas son conscientes del problema y han instalado nebulizadores en las principales arterias por las que transitan los peregrinos a pie, además de recomendar el uso de protección. De hecho, en las fotos se ven numerosos paraguas para protegerse del sol abrasador. Además, se impusieron cuotas de visitantes, y ésta es precisamente una de las causas de la tragedia.

El fin de semana se supo que el gobierno egipcio había cancelado las licencias de dieciséis agencias que habían organizado viajes no autorizados a La Meca. Para eludir las cuotas, agencias sin escrúpulos llevaron a los fieles a La Meca antes de que entraran en vigor las restricciones, abandonándolos lejos de su destino y obligándolos a completar el viaje a pie por calles paralelas.

Las autoridades saudíes dicen que la mayoría de las víctimas eran peregrinos no autorizados, obligados a caminar kilómetros bajo un calor abrasador. Los egipcios representan la mitad de las 1.300 víctimas.

Este cínico negocio no es nada nuevo, a diferencia de las condiciones climáticas que han transformado estas estratagemas en sentencias de muerte. Éste es el alarmante mensaje que envía el drama de La Meca.

Las temperaturas alcanzadas la semana pasada no son excepcionales. Este año varios países han experimentado picos superiores a los 50 grados con consecuencias desastrosas para la salud de las personas.

Las zonas más afectadas se encuentran en India y Pakistán (entre las primeras en registrar temperaturas récord), pero también en China, Irán, Arabia Saudita, Irak y México, donde el pico fue de 51 grados. La zona mediterránea está igualmente amenazada, con temperaturas entre 40 y 50 grados. En Argelia y Marruecos el mercurio superó los 50 grados.

No son previsiones, sino temperaturas reales, las más altas jamás registradas desde que se tienen registros. Podríamos comportarnos como avestruces e ignorar la situación, indiferentes a las muertes en La Meca porque… ¡después de todo es solo La Meca!

Sin embargo, es innegable que zonas enteras de nuestro planeta se están volviendo cada vez más hostiles y es posible que pronto sean inhabitables. Este fenómeno debería ser el tema principal de discusión y movilización global, pero desafortunadamente, como señaló el ex presidente francés Jacques Chirac hace ya 22 años en la Conferencia sobre el Clima en Johannesburgo, “seguimos mirando hacia otro lado”.

(Traducción de Andrea Sparacino)

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