Antes del eclipse solar total de abril, la NASA y la ESA han decidido unir fuerzas para estudiar el Sol. La configuración orbital única de las sondas Solar Orbiter y Parker Solar Probe les ayudará en esto.
Solar Orbiter y Parker Solar Probe se encuentran en órbitas muy alargadas. Esto se debe a que los ingenieros han buscado minimizar el tiempo durante el cual están expuestos al nivel máximo de radiación solar. Esto significa que los dispositivos pasan rápidamente el perihelio de su órbita, tras lo cual se alejan del Sol y transmiten los datos que recopilan a la Tierra.
En los próximos días, Solar Orbiter y Parker Solar Probe pasarán simultáneamente por primera vez el perihelio de sus órbitas (45 y 7,3 millones de kilómetros, respectivamente). Los científicos de la NASA y la ESA decidieron aprovechar esta rara oportunidad para combinar sus observaciones del viento solar.
La idea es la siguiente. Con la ayuda de sus telescopios, Solar Orbiter realizará observaciones de las zonas del Sol donde se forma el viento solar. Unas horas después, la sonda solar Parker pasará volando y estudiará la sustancia que emitió. Esto permitirá a los científicos comprender mejor la conexión entre el Sol y su heliosfera, una enorme burbuja de plasma que sopla hacia el espacio.
Los investigadores también esperan poder ganar el premio gordo. Esto sucederá si el Solar Orbiter detecta una eyección de masa coronal (CME) que se dirige hacia la sonda solar Parker. Entonces los científicos tendrán la oportunidad de ver con gran detalle la reestructuración de la atmósfera exterior del Sol y luego estudiar la estructura de la emisión. A medida que nuestra luminaria se acerca a otro pico de su actividad y ha producido una serie de poderosas llamaradas en las últimas semanas, estas esperanzas no carecen de razón.
Según https://www.esa.int
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