diez denuncias y seis detenciones administrativas

Módica, 24 de junio de 2024 – La ciudad de Modica se encuentra en medio de una batalla contra los “desplazados”, jóvenes sobre dos ruedas con ciclomotores no conformes, protagonistas de comportamientos peligrosos y altamente perturbadores. La policía puso en marcha un operativo conjunto entre la policía local y la comisaría de Seguridad Pública para hacer frente al fenómeno del “ruido de cascabeles”. Esta operación dio lugar a diez denuncias y seis detenciones administrativas.

El bombardeo: barrios y zonas bajo control

La operación se centró en diferentes zonas de la ciudad: el distrito de Pizzo, la circunvalación de Ortisiana y Corso San Giorgio. Estos controles se iniciaron en respuesta a numerosos informes de los ciudadanos, que destacaron el problema de los patinetes ruidosos. Los vecinos se han quejado del paso constante de ciclomotores con silenciadores manipulados, cuyo ruido se ha vuelto no sólo molesto sino también intolerable.

Sanciones y detenciones administrativas

Se impusieron diez multas a otros tantos conductores de scooters, en su mayoría menores, por el ruido excesivo de sus ciclomotores. Las multas varían desde un mínimo de 41 euros hasta un máximo de 168 euros, en función de la gravedad de las infracciones. Además de las multas, seis ciclomotores fueron sometidos a detención administrativa tras ser sorprendidos circulando por Corso Garibaldi a gran velocidad sobre una sola rueda.

Colaboración institucional

La operación es el resultado de una estrecha colaboración entre el comisario de policía Vincenzo Trombadore y la alcaldesa Maria Monisteri, que acordaron continuar los controles en los próximos días para mantener la seguridad y la tranquilidad públicas. El objetivo no es sólo reprimir sino prevenir nuevos episodios que puedan poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos.

Palermo: situación en el origen

Mientras tanto, en Palermo la situación sigue siendo crítica. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, los alborotadores continúan haciendo estragos, corriendo sobre ruedas y creando peligro para ellos y para los demás. La mayoría de estas personas son menores de edad. La preocupación es que si no se toman medidas con firmeza, la situación podría empeorar y provocar accidentes graves o incluso víctimas.

En este contexto, Palermo parece dar un salto de treinta años atrás en el tiempo, cuando fenómenos de este tipo formaban parte de la vida cotidiana, alimentando el nacimiento de nuevos delincuentes y líderes de pandillas barriales. Las autoridades locales están llamadas a actuar con decisión para evitar que la situación se deteriore aún más.

La operación en Modica es un ejemplo de civismo en la lucha contra el comportamiento peligroso y perturbador de los “adictos a los vehículos”. Mientras esperamos los próximos acontecimientos, la esperanza es que Palermo también pueda hacer lo mismo, adoptando medidas efectivas para restablecer el orden y la seguridad en las calles.

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