La experiencia de Sabatini en Salerno llega a su fin definitivamente. Fracaso sin atenuantes

La experiencia de Sabatini en Salerno llega a su fin definitivamente. Fracaso sin atenuantes
La experiencia de Sabatini en Salerno llega a su fin definitivamente. Fracaso sin atenuantes

La experiencia de Walter Sabatini en Salerno ha terminado definitivamente. Si en el pasado su despedida estuvo acompañada de una interminable serie de polémicas y comprensibles arrepentimientos, esta vez la mayoría de la afición granata juzgó muy negativamente su actuación. A pesar de los problemas de salud y del total respeto debido a un hombre que ha demostrado apego a la causa, sólo se puede rechazar completamente el trabajo realizado a partir de diciembre. Cuando iervolino decidió retirarlo presumiblemente para complacer al público.

Y es presumible imaginar que ni sabatini (que había pedido otro director a su lado sin estar satisfecho) había comprendido bien qué tipo de reducción de personal se estaba produciendo en Salerno. Sin embargo, los hechos hablan de malas incorporaciones, jugadores que no dieron absolutamente nada, más de un millón de euros gastados en Boateng y Manolas que resultaron ser auténticos fracasos, una mala gestión de Inzaghi y una elección fallida como la de Fabio Liverani, además de ausencias forzadas. junto al equipo que necesitaba un sargento de hierro.

Incluso en 2022, sin contar el poco tiempo disponible y una mala clasificación, hubo errores que todavía hoy pesan sobre el presupuesto. El contrato de cinco años por valor de más de un millón en Sepe, el tándem Mikael Mousset, la llegada de Perotti, el riquísimo contrato de tres años en Fazio. Cosas que no gustaron a la empresa y que provocaron – en parte – ese despido. Por supuesto, estuvo la gran intuición de Ederson y Verdi, así como de Radovanovic por su personalidad y experiencia, pero los goles vinieron de la pareja que ya estaba allí y el 0-0 entre Venecia y Cagliari tuvo un impacto importante como posibilidad. de jugar dos partidos más que los demás.

En su época Sabatini fue muy bueno, brillante por cierto, tocando la fibra sensible y recargando el ambiente con aquella famosa frase del 7%. A partir de ahí se creó algo mágico que marcó la diferencia y empujó a todos los integrantes a remar en la misma dirección. Quedará el arrepentimiento por no verle en el trabajo con todo un verano disponible sin un ranking que olía a fatalidad y con la ilusión que se había creado tras la salvación del 22 de mayo. Pero el Sabatini-bis fue realmente un fracaso total. ¿Bajo presupuesto? Pregúntenle a Sogliano o Fabiani en la era de la confianza.

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