Del corresponsal en Dortmund: Incluso los daneses, a su manera, están cabreados. La protesta se extendió hacia medianoche, mientras del cielo de Dortmund todavía caían rayos y cubos de agua. Kasper Hjulmandentrenador con pasado y cara de actor, no acepta el veredicto de los octavos de final Alemania lo que le obliga a regresar a casa. No está enfadado con el árbitro Oliver sino con el VAR, o más bien con el uso que se hace del VAR. Sin la tecnología, Dinamarca quizás habría ganado al equipo local. En cambio, en tres minutos el pobre defensor Andersen, ex de la Sampdoria, pasó de la alegría a la pesadilla: un gol anulado y un penalti concedido.
no es futbol
Hjulmand grita: «Para mí esto ya no es fútbol. Anular un gol por fuera de juego simplemente no tiene sentido. Y la pena, bueno, simplemente no se puede imponer. Andersen corre el centro con normalidad, no puede hacer desaparecer su brazo. Si cada vez se cambian las decisiones de esta manera, ya no entendemos nada”.. Incluso Andersen, con la mirada apagada en la zona mixta, quisiera borrar de su memoria una velada surrealista: «Duele salir así. No sé qué decir sobre el fuera de juego de Delaney pero puedo ser muy explícito sobre el penalti. No he cometido ninguna infracción. No lo toqué con el brazo, fue Raum quien me lanzó el balón al brazo. Un episodio de este tipo nunca puede ser sancionado con pena.”
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