«Esta ya no es nuestra casa»

En España, la desesperación de los residentes está alimentando cada vez más los movimientos antiturísticos, desde las islas costeras hasta las Islas Canarias, desde Barcelona hasta Málaga. “Las Islas Canarias están agotadas”, es el lema del llamamiento lanzado para incitar a los residentes a manifestarse en defensa del archipiélago situado frente a la costa noroeste de África, apreciado por sus paisajes volcánicos y su sol perenne.

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Proteger a los residentes del ataque de turistas.

El segundo destino turístico del mundo después de Francia presiona para frenar la construcción de dos complejos hoteleros en Tenerife, la isla principal del archipiélago, y conciliar el bienestar de los residentes con el interés por el crecimiento del turismo, un sector económico crucial en España.

«Nuestras islas son un tesoro que hay que defender», afirma “Canarias se agota”, colectivo detrás de este movimiento. Algunos miembros del grupo incluso iniciaron una huelga de hambre la semana pasada para presionar a las autoridades.

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Canarias recibió el año pasado 16 millones de visitantes, siete veces más que sus 2,2 millones de habitantes. Víctor Martín, portavoz del colectivo, denunció la situación durante un encuentro con la prensa y habló de una “evolución suicida”.

Los otros movimientos antituristas en España

No sólo en Canarias, en las últimas semanas han proliferado en las redes sociales diversos movimientos antituristas llegados de todo el país. «Esta era mi casa», «Huele a turista», «son sólo algunas de las frases que aparecían en las puertas de los alojamientos turísticos de Málaga, centro del turismo costero del sur de Andalucía. Pero estos escritos en las pegatinas no parecen detener a los turistas.

Lo mismo ocurre en Barcelona y Baleares, donde activistas han colocado carteles falsos en inglés en la entrada de algunas playas para advertir del riesgo de “caída de rocas” o picaduras de “medusas peligrosas”, pero, al parecer, sin éxito.

Ya en la década de 2010, los residentes locales se habían movilizado contra el sobreturismo, especialmente en Barcelona. Pero tras la pausa provocada por el Covid-19, la exasperación parece haber aumentado considerablemente, teniendo en cuenta que el año pasado España alcanzó un récord con alrededor de 85,1 millones de visitantes extranjeros.

Incomodidades para los residentes

El turismo insostenible ejerce presión sobre la propiedad de la vivienda, hace que los residentes huyan de los centros históricos y es una fuente de contaminación ambiental y acústica. En Cataluña, que lleva tres años afrontando una sequía histórica, el hotel Costa Brava está causando daños por el consumo excesivo de agua que extrae de las reservas hídricas. Desde febrero, casi toda la región se encuentra en estado de emergencia.

“Hay destinos turísticos que están al límite de su capacidad”, admitió recientemente José Luis Zoreda, vicepresidente de la patronal Exceltur. “Es un problema que se presenta ocasionalmente en temporada alta y en algunas zonas del país, pero está empeorando”.

Los ingleses son los peores entre los turistas extranjeros.

Entre los peores turistas extranjeros están los ingleses: gastan poco, beben mucho, hacen un gran lío, a veces incluso causan serios y serios problemas. Ya casi nadie lleva la cuenta de las peleas y los accidentes de tráfico, pero la violencia sexual aumenta y sigue aumentando. David Segal del New York Times les dedica un reportaje completo desde Magaluf en agosto de 2023.

«James Henderson, un joven de 19 años en forma, pelo rubio y sonrisa tímida, se broncea en una playa de Magaluf, un pueblo de la isla española de Mallorca que ha sido durante mucho tiempo el destino favorito de los jóvenes británicos que buscan salir por la noche. alcohólico. Cuando se le pide que cuente la juerga del día anterior, sonríe como quien acaba de terminar un decatlón y se muestra muy entusiasmado con su actuación”, escribe el periodista.

«Hubo algunas primeras horas de la tarde, como él dijo, en su hotel, luego en Punta Ballena, una franja abarrotada y arenosa de pubs, tiendas de tatuajes y emporios de baile erótico que explota hasta el amanecer cada día de verano. Cuando él y su compañero de vacaciones se fueron a la cama a las 3 de la madrugada, habían bebido unas 20 copas cada uno en el transcurso de 15 horas.’

Iniciativas contra el turismo excesivo

Para evitar la masificación, varias ciudades han tomado algunas iniciativas, como San Sebastián, en el País Vasco, que a finales de marzo decidió limitar a 25 personas los grupos de turistas en su hipercentro tras prohibir el uso de altavoces durante las visitas guiadas. Sin embargo, a finales de marzo Sevilla anunció que podría cobrar a los no residentes la entrada a la Plaza de España. Barcelona, ​​sin embargo, ha decidido eliminar de Google Maps una ruta de autobús muy popular entre los turistas para devolvérsela a los residentes.

Las consecuencias de la masificación turística en el mercado inmobiliario implican la necesidad de “intervenir para limitar el número de apartamentos turísticos”. Pero no es fácil para las autoridades frenar el turismo. El Gobierno también es “consciente de la importancia del sector”, como reiteró la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, que en una entrevista al diario El País defendió un enfoque equilibrado para solucionar el problema del sobreturismo.

Los números del sector turístico

El turismo en España representa el 12,8% del PIB y el 12,6% del empleo: muchas familias viven de este sector y sería perjudicial para el país alejarse de su tradicional hostelería.

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