Lamezia. Mons. Parisi se encuentra con los catequistas de la diócesis

Lamezia. Mons. Parisi se encuentra con los catequistas de la diócesis
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Un encuentro largamente esperado cuidadosamente preparado por la Oficina Catequística Diocesana, el del viernes 19 de abril, en el Auditorio del Complejo Interparroquial San Benedetto

Después de los tiempos de encierro y las limitaciones numéricas de la pospandemia, por fin tenemos la oportunidad de encontrarnos y escuchar juntos las palabras de aliento del obispo. Y, de hecho, los números fueron importantes: más de trescientos catequistas participantes, deseosos de reunirse en grupo y compartir emociones y estados de ánimo relacionados con la catequesis.

El encuentro estuvo amenizado con cantos, gracias a Sabrina Pugliano, catequista y experta música; Comenzó con el espacio reservado a la oración y continuó en un ambiente más informal, pero no menos intenso, con la presentación de la Oficina de Catequesis y su equipo por parte del director, Don Antonio Brando. Inspirándose en las palabras del Papa Francisco, Don Antonio definió al catequista como un “apologista” de la Esperanza, es decir, aquel que hace viva una Persona -Jesús, nuestra Esperanza- para que sea testigo de la fe y custodio de la memoria de Dios.

Luego cedió la palabra a Emanuela Cristiano, representante del sector discapacitado dentro de la Oficina, quien actualizó a los catequistas sobre las nuevas herramientas para la catequesis de personas con discapacidad, y que pronto dio paso a un momento verdaderamente conmovedor: el testimonio de inclusión de Rossella. y Katia, catequistas de la Parroquia de Santa Maria Maggiore, que tienen como ayuda catequista a Alberta, una joven con discapacidad, que, a pesar de haber completado su camino de iniciación cristiana con la Confirmación, permaneció en la parroquia, sirviendo de catequesis, enriqueciéndose el grupo de catequesis en el que trabaja con su viva presencia.

El encuentro continuó con la magistral lectio divina pronunciada por Mons. Parisi sobre un célebre pasaje del Evangelio de Mateo (Mt 5, 13-16), insertado en el contexto de las Bienaventuranzas del cristiano, ofreciendo una lectura verdaderamente nueva y reconfortante para los misión de catequista, que es testigo, sí, pero también un poco maestro para quienes encuentra en la catequesis; en efecto, debe “brillar con luz delante de los hombres, para dar gloria al Padre que está en los cielos”.

A esto siguió un rico momento de conversación entre los presentes y el obispo, que respondió con mucha precisión, durante el cual hubo oportunidad de hablar nuevamente sobre la Escuela Bíblica Diocesana y la Escuela Diocesana para los ministerios como otras oportunidades de formación y encuentro para catequistas; así como la posibilidad de mencionar los nuevos canales “sociales”, presentados por Verónica Vaccaro, capaces de proporcionar información y materiales útiles para la catequesis.

A esto siguió una dinámica sencilla pero significativa, en la que todos se sentían unidos, a pesar de sus diferencias mutuas, en una sola cuerda, creada con entusiasmo por los catequistas presentes y colocada al pie de un icono de Jesús en el escenario.

El recitado de la oración del catequista y la bendición del Obispo cerraron una tarde verdaderamente llena de ideas, cariño y ganas renovadas de continuar la misión entre los “testigos” del único “Maestro”, provenientes de los diferentes ámbitos de nuestra Diócesis.

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