En Lombardía descarbonizamos reutilizando restos y residuos

En Lombardía descarbonizamos reutilizando restos y residuos
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“Estoy convencido de que dentro de algunos años, digamos 7 u 8, los ciudadanos ya no pagarán por la eliminación de sus residuos, porque los residuos están destinados a convertirse en algo más que un recurso, un activo”, afirma Roberto Sancinelli, presidente de Montello. Spa, empresa líder en la recuperación y reciclaje de residuos de envases plásticos y residuos orgánicos procedentes de recogida selectiva. Un centro de la economía verde lombarda que se ha convertido ahora no sólo en un ejemplo nacional sino también europeo. De hecho, la Comisión Europea ha fijado un valor de recuperación del 65% para 2030, mientras que la empresa de Bérgamo ya ha logrado obtener el 80% en la actualidad. Cada año Montello recibe más de 300 mil toneladas de residuos plásticos y más de 700 mil toneladas de residuos orgánicos de las provincias de Lombardía y regiones vecinas. Todo ello se traduce en una producción industrial de materias primas secundarias y productos finales de residuo de gran valor para el medio ambiente porque provienen salvar la salud del planeta de las emisiones de más de 800 mil toneladas de CO2 por año.

“Todo empezó por una intuición en 1995, cuando la región de Lombardía, en una situación de emergencia en materia de residuos, nos pidió utilizar nuestra red ferroviaria para enviar los residuos a la incineradora de Zúrich. En aquel momento éramos una acería, pero a partir de “un año después, “Empezamos a reconvertirlo todo. Sabíamos que se trataba de residuos muy ricos en material que se podía valorizar”, continúa el empresario bergamasco. Lo que sugiere es verdaderamente un cambio de paradigma: ya no es un problema que hay que afrontar, que hay que esconder bajo la alfombra, sino más bien un recurso que puede explotarse. Y como tal, según Sancinelli, también está sujeto a las reglas del mercado y no a las del vertedero, por lo que “conviene aligerar la burocracia y formular reglas que puedan favorecer la transición energética y la economía circular”. El reciclaje de residuos plásticos permite la producción de escamas de PET para la producción de botellas de bebidas, componentes de automóviles y tejidos técnicos. Pero también granulados de HDPE para recipientes de líquidos, granulados de LDPE y PP para películas de embalaje y componentes de plástico, así como, a partir de los residuos de esta producción, combustible sólido secundario (CSS).

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El reciclaje de residuos orgánicos, por otro lado, es clave para la producción de fertilizantes orgánicos y biogás. Este último se separa posteriormente en biometano y dióxido de carbono (CO2). El biogás está destinado a alimentar grupos de cogeneración electrotérmica con una potencia eléctrica nominal total instalada igual a 15,8 MWe y con una recuperación de energía térmica equivalente a 14,8 MW; en la práctica significa satisfacer el consumo energético de más de 120 mil habitantes. En cambio, el biometano se utiliza en el transporte por carretera para sustituir los combustibles fósiles. Cabe subrayar que incluso el CO2, que normalmente se utiliza para sistemas de refrigeración o procesos industriales, una vez purificado también es imprescindible para los productores de aguas carbonatadas y refrescos. “Hace dos años el CO2 escaseaba en toda Europa y llegaron camiones cisterna de Londres e incluso de Lisboa para cargar el nuestro”, recuerda el presidente. Cabe preguntarse si el modelo Montello podrá replicarse en otras regiones.

“Se puede hacer, pero bajo ciertas condiciones. La primera es que debemos estar abiertos a inversiones en plantas a escala industrial que siempre estén impulsadas por la innovación. Y por esta razón no podemos ignorar los volúmenes, porque así lo dice la más simple de las reglas en economía. : cuando se trata de un producto de bajo valor añadido, como los residuos, lo que suma es el volumen”, explica el empresario lombardo. Después, la perspectiva de la empresa es mejorar aún más la eficiencia de la actividad, porque todavía queda un 20% de residuos, representados por residuos en descomposición de las actividades de recuperación y reciclaje, que por diversas razones aún no pueden ser aprovechados. “A menudo nos vemos obligados a enviar estos residuos a los vertederos porque no hay interés ni siquiera por parte de quienes podrían utilizarlos como combustible”, añade Sancinelli. “Así que queremos subir el listón y lograr el 100% de valorización y valorización de los residuos centrándonos también en la producción de energía a partir de residuos para el autoconsumo, porque en cualquier caso la nuestra es una actividad que consume mucha energía”. ¿Y para el futuro? La primera innovación, la más cercana al objetivo, se refiere a la implementación del reciclaje mecánico combinado con el reciclaje molecular del plástico, es decir, romper la cadena de polímeros y volver a la materia prima de partida, y la segunda se refiere a la producción de hidrógeno: “En el momento adecuado queremos estar preparados también en este frente”, concluye Sancinelli.

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