La nueva Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, la primera mujer primera ministra de Estonia, nació en la República Socialista Soviética de Estonia en 1977.. Su bisabuelo, Eduard Alver, fue uno de los fundadores de Estonia y había comandado la Kaitseliit, la Liga para la Defensa de Estonia, una milicia voluntaria dedicada a la defensa de las instituciones y el territorio de la pequeña nación, encajonada entre el Golfo de Finlandia, Letonia y Rusia. Su padre, Siim Kallas, fue primer ministro entre 2002 y 2003 y posteriormente comisario europeo en tres ocasiones. Su madre Kirsti, cuando tenía seis meses, fue deportada junto con su madre y su abuela (abuela y bisabuela de Kaja, respectivamente) a Siberia en 1941, regresando a su tierra natal sólo diez años después.
Estonia tiene una historia convulsa: independiente desde 1920, fue ocupada por el Ejército Rojo en 1940, después del pacto Molotov-Ribbentropp de agosto de 1939, luego fue “liberada” por los nazis y finalmente reocupada por la URSS en 1944″. Soy parte de la generación afortunada – dijo Kallas al New Statesman – vivíamos en una prisión, sin libertad, sin posibilidad de elegir, sin nada. En 1991, cuando yo era pequeña, recuperamos nuestra independencia y nuestra libertad.”
Todo lo contrario de lo que les pasó a sus abuelos, quienes en la Estonia independiente “lo tenían todo” y lo perdieron todo cuando la Unión Soviética ocupó el país en 1940. Kaja Kallas se graduó en Derecho en Tartu y tiene un MBA de la Estonian Business School; se convirtió en abogada en 2002. En 2010 se unió al Eesti Reformierakond, Partido Reformista Estonio, fundado por su padre, una formación liberal, conocida como el ‘partido de la ardilla’ por su logo. De 2014 a 2018 fue eurodiputada, experiencia a la que dedicó un libro. En 2021 se convirtió en primera ministra y encabezó un gobierno de coalición con el Partido del Centro (Eesti Keskerakond).
En enero de 2022, antes de la invasión rusa de Ucrania, denunció el oleoducto Nord Stream 2 como un proyecto “geopolítico”. y subrayó que la dependencia de la UE del gas ruso era un problema político importante. En junio de 2022 envió a casa a todos los ministros centristas, porque habían votado con la oposición contra una ley que obligaba a enseñar el idioma estonio a los niños en edad preescolar, para formar una coalición con los socialdemócratas e Isamaa, el de La tierra madre. En 2023 ganó las elecciones, aumentando los escaños de su partido en el Riigikogu, el Parlamento de Estonia. Casada con Arvo Hallik, además de su lengua materna, el estonio, habla con fluidez inglés, francés, ruso y finlandés.
