De regreso en libertad y sin pulsera electrónica, el artista Silvio Formichetti intenta olvidar sus desventuras judiciales promocionando su actividad artística. Esta mañana fue invitado al programa Uno Mattina donde explicó su mundo artístico desde sus orígenes hasta las últimas composiciones que han llevado su arte a una tercera dimensión. Cuando el conductor le preguntó qué siente cuando tiene el pincel en sus manos, Formichetti dijo: “pintar me produce sensaciones y emociones que difícilmente puedo explicar.
En el primer período mis pinturas se caracterizaron por la representación y la informalidad, de hecho en las obras se puede ver la pincelada nerviosa y confusa con un paisaje que aún se vislumbra en el horizonte”. Así, a lo largo de los años la evolución le ha llevado a una pintura informal y gestual, que esconde un discurso íntimo y personal. Formichetti luego también habló de la experiencia que tuvo con niños autistas que, gracias a su apoyo, crearon obras viéndolo pintar. “Una emoción indescriptible”, añadió el artista de Prato, quien luego recordó que pinta desde hace veinte años, gracias a la pasión por el arte heredada de su padre, y que es padre de cuatro hijos. Para concluir, Formichetti ilustró su tercera y última etapa profesional iniciada hace 10 años gracias a la colaboración y sugerencia del crítico de arte Luca Tommasi, y su posterior evolución. “Todo empezó con las artes aplicadas, que evolucionaron”, concluye Formichetti, “desde cuerpos suspendidos hasta otras experiencias que también están teniendo un gran éxito desde el punto de vista comercial”. Una ventana a Rai Uno que permitió a la audiencia televisiva general conocer el arte contemporáneo del artista pratense y, al mismo tiempo, a Formichetti reiniciar su trayectoria artística que tantas satisfacciones y éxitos le reportaron.
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