denunciando la degradación no, filmándote con drogas sí

denunciando la degradación no, filmándote con drogas sí
denunciando la degradación no, filmándote con drogas sí


Hace unos días estuve hablando con algunos chicos indios que viven en Roma. Uno de ellos, de poco menos de 30 años y en Italia para estudiar, me dice: “Hay una pregunta que me gustaría hacerte”.

Yo: “¿Cuál?”.

“¿Qué hace el Estado italiano por nosotros?”

“¿En qué sentido? ¿Qué quieres decir?”

“No nos sentimos seguros”

“¿O? Explícate mejor…”

Bueno, me cuenta que hace un par de meses, en un barrio no muy apartado de Roma, fue atacado por tres niños norteafricanos. Dos lo bloquearon por detrás, mientras que un tercero le robó el teléfono móvil y le arrancó la cadena que llevaba al cuello. Afortunadamente, apenas unos minutos después del incidente, logró detener un coche de policía que pasaba por allí “pero estuvieron media hora, cuarenta minutos haciéndome preguntas, sobre quién era yo, por qué estoy en Italia, etc”. me dijo con el corazón roto. “En lugar de aplicarme el tercer grado, deberían haber perseguido a los delincuentes que claramente habían desaparecido entretanto”.

Como si eso no fuera suficiente, hace unas noches, La misma escena estaba a punto de repetirse.. Esta vez los posibles atacantes eran dos jóvenes italianos, pero tras lo sucedido unas semanas antes, tan pronto como olió el aire, el niño de alguna manera logró escapar y no pasó nada. Increíble, sin embargo eso es lo que le pasó y no tengo motivos para dudarlo.

“Tu país es un país extraño, al final te enojas más con los que denuncian que con los que delinquen”, me dijo. Sus palabras. ¿Qué responderle? ¿Que la policía, la policía, es víctima de un sistema más grande que ellos donde pueden hacer muy poco? ¿Y cómo explicarle que en Italia, si con vídeos se denuncia a los carteristas y a diversas degradaciones (ver Cicalone & Co), hay quienes, como la CGIL (del lado de los trabajadores y de los pobres honestos, nunca?) escriben a el Prefecto señala con el dedo a los vigilantes del bricolaje porque promoverían el odio y no serían lo suficientemente inclusivos.

Si, por el contrario, se filma con armas y diversas drogas, véase al rapero Baby Gang, que según la ley es “una elección expresiva”. ¿Cómo explicarle esto al joven indio? Y no sólo él…

Francesca Ronchin, 29 de junio de 2024

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