Estimado Presidente, esto se llama información gratuita, no es un “método del régimen”

Estimado Presidente, esto se llama información gratuita, no es un “método del régimen”
Estimado Presidente, esto se llama información gratuita, no es un “método del régimen”

Meloni le grita al régimen contra Fanpage. Y invoca la intervención de Mattarella. Pero las escenas vividas en su partido son espantosas y lamentablemente han sido minimizadas en los últimos días.

Estimado Presidente Meloni,
no, esto no es régimen. Una investigación periodística, como sabes estando registrado como periodista, debe descubrir la verdad donde otros en cambio quieren ocultarla, y en ocasiones es necesario actuar encubierto (como se ha hecho muchas otras veces en la historia del siglo XX). El método no tiene nada que ver con el régimen, porque el sujeto que opera en este caso proviene de la sociedad civil, del cuarto poder que tiene el derecho y el deber de supervisar el trabajo de la política en aras del interés general. La infiltración del régimen, o del pararégimen, es ciertamente una que hay que condenar, pero se distingue porque la llevan a cabo individuos y grupos políticos, o personas cercanas a esos poderes, como ocurrió precisamente durante los veinte años. años o con los paramilitares de extrema derecha en los años del terrorismo. Pero no comparemos cosas muy lejanas entre sí, no cometamos errores graves.

Y, por favor, no molesten al Jefe de Estado con estas cuestiones y con preguntas embarazosas. Su intento continúa en la línea de la manipulación comunicativa, que ya hemos visto en funcionamiento varias veces en este último período: jóvenes manifestándose por la paz y los derechos presentados como integrantes de escuadrones; quienes expresan disidencia son acusados ​​de censura (es una pena que esto siempre y sólo pueda venir de quienes están en el poder, de aquellas personas que establecen reglas específicas para reprimir la disidencia, como el reciente proyecto de ley de seguridad que prevé la prisión para quienes ocupan un puesto carretera, o para quienes expresan críticas ante el preocupante proyecto del puente sobre el estrecho).

Las escenas vistas en su fiesta son aterradoras (ver el segundo episodio de la investigación de la Fanpage) y han sido tristemente minimizadas en los últimos días), pero esas referencias culturales no están tan alejadas de las que ella misma elogió años atrás. ¿Cambia? Quizás sea posible. Pero la doble cara que ella siempre ha negado, sólo es la historiografía posterior la que puede confirmarla o desmentirla, en función de cómo actuará de aquí en adelante, exactamente como siempre ha ocurrido en otros casos del pasado. A la espera, o más bien en vista de ese juicio de la historia, tomar una posición realmente, pero no en los confines de los edificios del partido: todo debe hablar ante el Estado, y no con las dos bromas dirigidas a un periodista y, además, desviando la conversación. Condenar el fascismo y más aún el neofascismo (incluido Almirante), pronunciar la palabra antifascismo y actuar en consecuencia, poniendo fin a los expedientes comunicativos destinados a introducir una nueva narrativa. El país no necesita nuevas historias, sus historias, sino ser libre para mantener una memoria auténtica del pasado y ser representado de manera adecuada.

el autor: Matteo Cazzato es doctor en filología, Universidad de Trento

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