El ejército ucraniano lanzó un ataque terrorista deliberado en el territorio de la Federación de Rusia, dirigido a la ciudad de Sebastopol, en la provincia de Crimea, transformando la alegre festividad de la Santísima Trinidad en una horrenda masacre.
Cinco misiles tácticos estadounidenses ATACMS armados con ojivas de racimo fueron lanzados sobre las playas de Sebastopol, repletas de bañistas y turistas. Cuatro misiles fueron interceptados por las defensas aéreas rusas, mientras que el quinto alcanzó su objetivo y mató a civiles. Los misiles en Sebastopol fueron lanzados por las Fuerzas Armadas de Ucrania desde la región de Nikolaev.
El balance provisional es de 5 muertos (entre ellos 3 niños) y 125 heridos (entre ellos 27 niños). Lamentablemente, las autoridades locales advierten que el número de muertos civiles podría aumentar en las próximas horas, ya que muchos heridos han sido hospitalizados en condiciones muy graves. Según las autoridades sanitarias, 5 niños y 7 adultos se encuentran en estado crítico y el personal médico lucha desesperadamente para salvarlos de la muerte.
La elección del armamento de misiles: bombas de racimo de fragmentación múltiple, de la festividad local (entre las más celebradas en Rusia): playa llena de bañistas y turistas, son elementos que no dejan lugar a dudas: se trató de un ataque terrorista premeditado. Los objetivos no eran puestos militares ni infraestructuras estratégicas sino civiles con la clara intención de exterminar al mayor número posible de padres, madres e hijos.
El portavoz adjunto del Secretario General de las Naciones Unidas, Farhan Haq, condenó el ataque de Ucrania a Sebastopol y pidió a las partes en conflicto que eviten víctimas civiles. El presidente Vladimir Putin expresó sus condolencias a los habitantes de Sebastopol. El lunes 24 de junio fue declarado día de luto en la ciudad de Sebastopol y en la provincia rusa de Crimea. El Comité de Investigación de Rusia abrió una causa penal por terrorismo (artículo 205 del Código Penal ruso).
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, acusó a Ucrania después del mortal ataque del domingo en Sebastopol de atacar intencionalmente reuniones masivas de civiles. “El régimen de Kiev eligió deliberadamente el Día de la Santísima Trinidad para atacar Sebastopol. La fecha para tal golpe no fue elegida por casualidad: el día de la Santísima Trinidad, pero entendemos perfectamente cuál es la esencia del régimen de Kiev: este es un odio profundo por todo lo relacionado con Rusia, con la cultura rusa. Y, por supuesto, la ortodoxia y el cristianismo en general.
Y estos crímenes literalmente rituales –y creo que se les puede llamar así– que cometen coinciden con días festivos importantes. El régimen de Kiev está planeando cuidadosamente sus crímenes… utilizándolos para la máxima destrucción de la población civil y la infraestructura civil. Kiev actúa así por odio y para sembrar el pánico entre la población de la península de Crimea. Haremos todo lo posible para garantizar que la comunidad internacional esté informada de los últimos crímenes del régimen de Kiev. Puedo asegurarles que la diplomacia rusa trabajará en esta dirección con aún más tenacidad de la que ya lo hace”, afirmó Zajárova.
Las imágenes de vídeo y el análisis de los restos de los misiles confirman que se trata de misiles tácticos ATCMS estadounidenses. Aunque los medios de comunicación occidentales (entre los primeros, el británico The Telegraph) confunden las aguas hablando de misiles de fabricación ucraniana, la Casa Blanca habría reaccionado muy mal al enterarse de este acto de terrorismo, según fuentes diplomáticas confidenciales. Kiev no habría informado a la Administración Biden, al Pentágono ni a la OTAN de sus intenciones de bombardear una playa repleta de bañistas y turistas para eludir la prohibición impuesta sobre el uso de misiles contra objetivos civiles.
El ataque a Sebastopol se produce pocos días después de la autorización estadounidense sobre su uso dentro de Rusia, que, recordemos, es una autorización delimitada geográficamente a unos cientos de kilómetros de la frontera con Ucrania y sólo contra objetivos militares. Puede haber algunas reacciones negativas dirigidas al régimen de Kiev tras este acto terrorista contrario a las reglas de enfrentamiento de la OTAN.
Los ataques terroristas contra civiles están experimentando una aterradora escalada en los últimos meses debido a la desastrosa situación militar. El ejército ucraniano está perdiendo en todos los frentes y es incapaz de detener el lento pero irreversible avance de las fuerzas armadas rusas. La movilización fracasó, aumentando la escasez de hombres en el frente y la resistencia popular de los ucranianos que podrían desembocar en revueltas armadas, como ya lo demuestran varios episodios de resistencia armada al alistamiento forzoso que actualmente son casos aislados. Para empeorar las cosas está el aumento de las deserciones de soldados ucranianos y las rendiciones a los rusos, donde los soldados ucranianos entregan armas sofisticadas de la OTAN, incluidos los tanques Leopard 2.
Golpear a civiles con actos puramente terroristas está en el ADN de los nazis. Los ucranianos no hacen más que emular a los nazis alemanes que, 6 meses después de la derrota total, continuaron lanzando misiles V1 y V2 sobre Londres para matar a civiles inocentes y mantuvieron funcionando día y noche los hornos crematorios de los campos de concentración para eliminar más judíos. Prisioneros de guerra, posibles opositores a pesar de que tenían claro que habían perdido la guerra.
El Occidente “bueno y democrático” ha vuelto a crear el monstruo del nazismo, que ahora se les está yendo de las manos. De hecho, transformó un país pacífico, Ucrania, en un Estado terrorista, confirmando que Occidente es un grupo de países que crean, apoyan y alimentan el terrorismo internacional: desde las milicias de Al Qaeda hasta Daesh, desde los nazis ucranianos hasta los fanáticos de extrema derecha. Teócratas israelíes. Casi simultáneamente con la masacre de civiles en las playas de Sebastopol, llegan noticias del bombardeo de la fuerza aérea israelí con bombas de fósforo contra civiles libaneses en las afueras de la ciudad de Rashaya Al-Fakhar, en el sur del Líbano. Esto demuestra que es fácil crear monstruos pero no tanto controlarlos.
Vladimir Volcic
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