Bofetada de la Región en el día de Saccargia

Están las garantías, los salamelecchi de Palacio, la propaganda barata, pero luego están los hechos. Escrito, grabado en el papel indeleble de una enmienda que desautoriza la falsa moratoria de hace un mes y toma el camino perverso de lo “transicional”, aún más ambiguo y equívoco. El día de Saccargia, en el primer ensayo general de un “Pratobello contra la especulación”, llega Lo tsunami de un documento que sumerge a Cerdeña en “tierra de nadie”, donde la Región “decide no decidir”, comprometiéndose a compartir la planificación futura de su territorio con el mismo Estado que quisiera “saquearlo” con palas de parques eólicos. y paneles solares. A la tierra de Logudoro, los sardos que quieren reaccionar llegarán hoy a última hora de la mañana, desde todos los rincones de la isla, desde Sulcis, Marmilla, Planargia, Campidano, Gallura, Barbagia y más allá.

Los sardos que reaccionan

Habrá sardos que querrán gritar su ira contra la invasión extranjera, la de las multinacionales y los intermediarios, los potentados y los lobbies. Llegarán al escenario de Saccargia para concienciar a un pueblo que ve cada día más asediado su entorno, su historia, su paisaje único y exclusivo. Para decirlo con palabras de un estadista, el Superintendente Especial del Patrimonio Cultural del Pnrr, protestarán contra el riesgo de transformar el paisaje sardo en un “paisaje industrial”. En ese claro en torno a la Abadía más famosa de la isla tendrán una idea clara del enemigo: ese plan devastador de extender el territorio de Cerdeña con 2.500 aerogeneradores en tierra, 1.200 en el mar y 70.000 hectáreas de paneles fotovoltaicos. Si el enemigo al que hay que combatir está claro, los documentos definirán cómplices, bases y especuladores silenciosos escondidos, tal vez, detrás de su residencia en Cerdeña. Sin duda, en un día como hoy, será difícil ignorar la enmienda que el consejo regional presentó en la asamblea sarda, justo en vísperas de Saccargia. Un texto de tres páginas que modifica radicalmente el texto del proyecto de ley presentado por el ejecutivo el 28 de abril sobre una falsa moratoria, miserablemente capitulado según admitió el propio Viale Trento, sede de la Presidencia de la Región. Una enmienda presentada pocas horas antes de la reunión con los mismos “Comités contra la especulación energética”, lo que significa que ya todo estaba decidido sobre el tema, que el diálogo habría sido esencialmente inútil, una “pro forma” para declarar una intención a favor. de la cámara “convivial” que al final resultó ser una desviación de lo que fue depositado por la mañana en el Consejo Regional. Y es ese texto el que revela la “bofetada de Saccargia”. En una enmienda que sigue la línea de “no decidir”, de “aplazar”, de “delegar” todo en el Estado, surge una norma que no deja lugar a dudas: la desfiguración de Saccargia, planificada por los petroleros del Erg, deseada y aprobado explícitamente por el Gobierno Draghi, puede lograrse. El Consejo Regional lo escribe sin dudarlo en el artículo 2, apartado 3, letra «b» de la enmienda: «Las intervenciones de modernización de las instalaciones de producción de electricidad a partir de fuentes renovables están excluidas de las medidas de salvaguardia». Como si no supieran que la devastación de Saccargia se debe a una “renovación” de la planta que pertenecía al amigo de Matteo Messina Denaro, el electricista de Alcamo Vito Nicastri. Los actuales propietarios de esa central, los señores de Erg, un grupo petrolero enamorado de la energía eólica sarda, de hecho, para ganar cada vez más, han pedido derribar esos 51 aerogeneradores de 76 metros para colocar otro “bosque” de “ rascacielos de acero”, esta vez con turbinas eólicas de última generación, de 200 metros de altura cada una, todas ellas aspas que se elevarán increíblemente en el proscenio de la tierra de los nuraghi y de la Abadía de Saccargia. Según el consejo regional, esa masacre puede continuar. A esto, sin embargo, se suma el núcleo de la enmienda del Consejo Regional, es decir, “no decidir”, “aplazar”, seguir adelante con un “régimen transitorio” que constituye elhumus fundamental de la especulación energética en la isla. No es casualidad que la enmienda tenga un íncipit elocuente: «esperando” la aprobación de la ley autonómica que identifica las zonas aptas». En la práctica, con esta medida de “esperar y ver”, el valor mismo del bien a proteger se degrada a nivel legal y sustancial. ¿Cómo es posible pretender proteger un activo sólo “temporalmente” y no de forma definitiva? Está claro, por ejemplo, que el Coliseo no puede protegerse “provisionalmente” durante 18 meses a la espera de las “zonas adecuadas” de la región del Lacio. De hecho, el Coliseo está perpetuamente protegido. ¿Por qué, sin embargo, los 7.000 nuraghi de la isla no tienen derecho a una protección permanente, al igual que las zonas agrícolas, las montañas, las colinas y los paisajes sardos? No utilizar la “ley urbanística” para planificar el territorio, como sigue haciendo el Consejo, supone renunciar a la única ventana jurídica que existe para hacer prevalecer el poder de la Región en el “Gobierno del Territorio”.

Camino dañino

Bloquear la ahora inminente invasión eólica y fotovoltaica de la Isla, con “la actualización, adaptación y finalización del plan paisajístico”, como está escrito en la enmienda, no sólo es poco realista, sino que corre el riesgo de ser incluso perjudicial. Volver sobre el camino del “PPR” para bloquear la especulación energética es una pérdida de tiempo, dado que el Estado ya ha dicho que las energías renovables son “prevalecientes” en comparación con la protección del paisaje. La competencia para la ordenación del paisaje de Cerdeña ya ha sido “robada” al poder de la Región con un acto infame del 19 de febrero de 2007, retomado íntegramente en una de las sentencias clave del Tribunal Constitucional. El Tribunal de Justicia es explícito: el protocolo firmado por la Región con el Ministerio de Patrimonio Cultural es vinculante para la revisión y ampliación del plan paisajístico. En ese documento al que hace referencia el Tribunal se escribe explícitamente: «El Presidente de la Región Autónoma de Cerdeña y el Ministro de Patrimonio y Actividades Culturales firmaron un memorando de acuerdo y se comprometieron a garantizar conjuntamente la verificación y la adaptación periódica de la ordenación del paisaje regional.». Por tanto, con la enmienda presentada por el Consejo se decide compartir la ordenación paisajística de Cerdeña con un Estado que ya ha decidido dejar prevalecer la “supremacía” de la especulación energética. El juego está hecho. Hoy es el día de la revuelta.

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