Una odisea vivida ayer por el hombre de hierro, ex coronel del Ejército, carlo calcagni. Al atleta, ganador de numerosas competiciones en diversas disciplinas, tanto paralímpicas como de otro tipo, la compañía aérea Luftansa le negó el embarque.
Su destino era Rumanía, donde participará, como único deportista italiano, en la competición “Invictus game”, un evento deportivo que consiste en la competición entre veteranos de guerra, que han contraído incapacidades permanentes en servicio o por razón del servicio, en diversas disciplinas deportivas. .
Los juegos fueron presentados el 6 de marzo de 2014 por el Príncipe Enrique de Gales en Londres.
La dinámica de los hechos.
Nuestro Coronel se encuentra entre los 16 deportistas que compiten en la disciplina de los 100 metros planos. Pero al llegar al aeropuerto se llevó una desagradable sorpresa. La empresa no le dejó subir al avión con el tanque de oxígeno, fundamental para su salud. Sin desanimarse, como suele hacer, el deportista buscó una solución alternativa: compró un billete para el próximo vuelo y, esta vez, subió a los remontes. Pero también esta vez los operadores de Luftansa se negaron, alegando la falta de un certificado médico, que el coronel tenía, pero no en inglés.
De ahí la petición del deportista de intervención policial, que estuvo de acuerdo con el deportista y le ayudó a encontrar una nueva empresa, Wizzair, que le habría permitido salir con el respirador. Las solicitudes de reembolso del billete recién adquirido son inútiles. «Me hubiera gustado dejarlo todo e irme – explica Calcagni – no esperaba tanta falta de flexibilidad y de atención, que hacía aún más incapacitante la condición de discapacidad. Pediré una compensación a la empresa porque no es así como se trata a una persona con discapacidad”.
El hombre de hierro correrá mañana la media maratón, con ganas de demostrar que podemos y debemos vivir, a pesar de las dificultades.
