De los Santos Pedro y Pablo un mensaje de Liberación. Papa Francisco: no necesitamos “cristianos de salón” sino “puertas abiertas a todos” (S. Cavalleri)

“Los dos apóstoles Pedro y Pablo tuvieron esta experiencia de gracia: vieron de primera mano la obra de Dios, que les abrió las puertas de su prisión interior y también de las verdaderas cárceles donde estaban encerrados por causa del Evangelio. Y este es un mensaje para todos mientras nos preparamos para abrir la Puerta Santa este año, subraya el Papa Francisco”. Estas son las palabras del Papa Francisco para la fiesta de hoy de los santos patrones de la Sede Apostólica y de la ciudad de Roma. Como es tradición, el Papa – presentes 36 cardenales, 36 obispos y 400 sacerdotes – entregó el palio, es decir, la insignia litúrgica que simboliza una unión especial con el obispo de Roma, a 42 arzobispos metropolitanos nombrados en el último año. “En comunión con Pedro y siguiendo el ejemplo de Cristo, puerta de las ovejas, están llamados a ser pastores celosos que abran las puertas del Evangelio y que, con su ministerio, contribuyan a construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas” , explicó Francisco.

“Al encontrar al Señor, vivieron una verdadera experiencia pascual: fueron liberados y, ante ellos, se abrieron las puertas de una vida nueva”, reconstruyó el Pontífice, insistiendo en el tema de la Liberación, que aclaró después de décadas de la teología que Está inspirado en él y se ha mantenido en los márgenes de la iglesia.

Según Francisco, “el objetivo de todo esto no es una religiosidad íntima y consoladora –como nos presentan hoy algunos movimientos en la Iglesia: una espiritualidad de salón–; al contrario, el encuentro con el Señor enciende el celo de evangelización en la vida de Pablo. Como escuchamos en la segunda lectura, al final de su vida declaró: ‘El Señor estuvo cerca de mí y me dio fuerza para completar el anuncio del Evangelio y todo el pueblo lo escucharía’”.
De hecho, “precisamente al contar cómo el Señor le dio tantas posibilidades para anunciar el Evangelio, Pablo utiliza la imagen de las puertas abiertas. Así, de su llegada a Antioquía junto con Bernabé, se dice que “tan pronto como llegaron, reunieron a la Iglesia y contaron todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos”.

Tanto es así que Pablo escribe a la comunidad de Corinto “Se me ha abierto una puerta grande y propicia”; y exhorta a los colosenses a orar “para que Dios nos abra la puerta de la Palabra para anunciar el misterio de Cristo”.
“Hermanos y hermanas – observó luego el Papa – los dos apóstoles Pedro y Pablo vivieron esta experiencia de gracia. Experimentaron de primera mano la obra de Dios, que les abrió las puertas de su prisión interior y también de las cárceles reales donde estaban encerrados por causa del Evangelio. Y, además, les abrió las puertas de la evangelización, para que pudieran experimentar la alegría del encuentro con los hermanos y hermanas de las comunidades nacientes y pudieran llevar a todos la esperanza del Evangelio.
Y este año también nosotros nos preparamos para abrir la Puerta Santa”.

Finalmente, el Papa quiso dirigir “con afecto fraterno” su saludo a la Delegación del Patriarcado Ecuménico: “gracias por haber venido a expresar el deseo común de plena comunión entre nuestras Iglesias. Envío un cordial saludo a mi hermano, a mi querido hermano Bartolomeo. Que los santos Pedro y Pablo nos ayuden a abrir la puerta de nuestra vida al Señor Jesús, intercedan por nosotros, por la ciudad de Roma y por el mundo entero. Amén”.

Caballeros Santos

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