Jueves Santo, Mons. Panzetta: “Día del asombro eucarístico y del amor fraterno”

Jueves Santo, Mons. Panzetta: “Día del asombro eucarístico y del amor fraterno”
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En la iglesia de la Inmaculada Concepción de Crotona, el arzobispo monseñor Angelo Raffaele Panzetta presidió la santa misa en Coena Domini, que inaugura las celebraciones del Triduo Pascual.

El Jueves Santo, día en que se celebra la Última Cena de Jesús con sus apóstoles y la institución de la Eucaristía, fue definido por monseñor Angelo Raffaele Panzetta como “día de asombro eucarístico y de gratitud eucarística”.

“La Eucaristía es fuente y culminación de toda nuestra vida”, afirmó monseñor Panzetta, definiéndola como “el corazón de la Iglesia”. Contiene el amor infinito de Dios por la humanidad, amor que se manifiesta en el sacrificio de Cristo en la cruz.

El obispo también invitó a vivir el Jueves Santo como una “visita cardiológica de la Iglesia”, un momento para examinar la salud espiritual y revitalizar la fe. La Eucaristía, en este sentido, representa un alimento vital para el alma, capaz de dar fuerza y ​​esperanza.

Un momento significativo de la celebración del Jueves Santo es el ritual del lavatorio de los pies, que recuerda el gesto de humildad de Jesús hacia sus apóstoles. Monseñor Angelo Raffaele Panzetta, arzobispo de Crotone-Santa Severina, realizó este rito, un gesto que recordó la importancia del amor y del servicio fraterno.

Monseñor Panzetta comentó el gesto de Jesús en el lavatorio de los pies como una imagen disruptiva que destruye la idea de un Dios imponente y lejano. “Un Dios arrodillado a los pies de los hombres para salvarlos”, afirmó el arzobispo, “ésta es la imagen que ofrece el Evangelio de Juan, una imagen que destruye la imagen imponente que cada uno de nosotros tiene de Dios”.

El gesto de Jesús en el lavatorio de los pies es también un mensaje de esperanza y de conversión. Nos recuerda que Dios es un Dios de amor que se preocupa por nosotros, que siempre está dispuesto a ayudarnos y perdonarnos. Monseñor Panzetta invitó finalmente a los fieles a meditar sobre el gesto de Jesús en el lavatorio de los pies y a convertirse a un mayor amor a Dios y al prójimo.

El Jueves Santo es, por tanto, un día de asombro por el amor infinito de Dios manifestado en la Eucaristía y de amor fraterno por el gesto de humildad realizado por Jesús en el lavatorio de los pies. Es un día que nos invita a cambiar nuestra mirada sobre Dios y sobre los demás, para ver a Dios como un Dios de amor y al prójimo como un hermano o hermana a quien amar y servir.

El Jueves Santo es un día lleno de significado para la Iglesia Católica. Es un día de asombro eucarístico, gratitud, amor fraternal y conversión. Es un día que nos invita a renovar nuestra fe y nuestro compromiso cristiano.

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