Salarios bajos y carreras inciertas, pocos quieren ser cirujanos o anestesistas

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De aquí a 2029, en el mejor de los casos, Italia tendrá más de 81.000 nuevos graduados en Medicina, cuando se alcanzará el récord de 16.542 nuevos médicos jóvenes. Buenas noticias para un país que lleva años luchando contra la escasez de batas blancas. En realidad la cuestión es mucho más complicada: no sólo existe el riesgo de crear una burbuja -hoy ya tenemos más que otros países europeos ante una grave escasez de enfermeras-, sino que el quid de la cuestión es que cada vez más médicos titulados Están enviando desiertos muchas especializaciones (los posgrados que en realidad forman a un médico completo) porque no son muy atractivas desde el punto de vista salarial y profesional.

Una especialidad de cada tres está desierta porque no es atractiva

Si hay un overbooking de solicitudes para especializarse en cirugía plástica o para ser oftalmólogo, dermatólogo o especializarse en enfermedades cardiovasculares, casi nadie quiere ser cirujano general o torácico -que se ocupa del estrés y las causas de riesgo- o trabajar en urgencias. sala (especializada en urgencias) o ser anestesista o microbiólogo. Lo que a menudo importa son las perspectivas de ingresos, que son mucho menores para aquellas especialidades médicas que no permiten grandes salidas en la actividad privada. Así, sólo en 2023, frente a las 15.701 becas para cursos de especialización (de tres a cinco años de duración) pagadas por el Estado y las Regiones, las plazas efectivamente cubiertas fueron 10.153, en la práctica más de 5.000 plazas quedaron vacías: una de cada tres. Un récord negativo nunca antes visto.

El informe Anvur mientras se debate la reforma de números limitados

Anvur está pensando en la formación médica y en volver a poner a la Iglesia en el centro del pueblo. O al menos lo intenta. Gracias a un importante informe de 100 páginas que se presentó ayer a la Cámara y que intenta enmarcar el tema desde todos los puntos de vista: desde la comparación internacional hasta la prueba de acceso, desde el creciente número de graduados hasta el vínculo crucial con las especializaciones de que depende del ahora famoso “embudo de formación” que durante años nos ha visto producir muchas menos batas blancas de las que necesitábamos y que, con el aumento de las plazas disponibles en curso desde hace cinco años y el aumento de las jubilaciones en camino, arriesga el tiempo para hacernos caer en el error contrario. El tema es doblemente actual. Tanto porque faltan menos de 40 días para la segunda sesión de la prueba de acceso prevista para el 30 de julio, como porque la próxima semana la Comisión de Educación del Senado reiniciará el examen del proyecto de ley con la reforma de número limitado anunciada para el próximo curso académico.

El crecimiento exponencial de nuevos doctores en Medicina

El informe de la agencia de evaluación parte de las cifras macro relatadas por el presidente Antonio Uricchio: «Se estima que en 2050 la población residente en Italia se reducirá a unos 54,4 millones de habitantes (en 2021 la población rondará los 59 millones), de los cuales 7,7 millones tienen al menos 80 años (en 2021 serán 4,5 millones), con inevitables repercusiones en la asistencia sanitaria y en los modelos que las universidades deberán diseñar para formar a los médicos del futuro”. Según los últimos datos de la OCDE, Italia ya tiene el mayor número de titulados en medicina (10,7 mil) y su ratio por cada 100 mil habitantes también es elevado: 18,2 frente al 14,2 de España, el 13,1 del Reino Unido, el 12,4 en Alemania y 11,9 en Francia. Si tenemos en cuenta que la capacidad formativa de nuestras universidades también ha aumentado mientras tanto, dado que los cursos han pasado de 55 en 2011/12 a 89 en 2023/24 mientras que los estudiantes matriculados han pasado de alrededor de 66 mil a 99 mil , ya podemos tener en cuenta un probable aumento de titulados, gracias al crecimiento de las plazas disponibles (que, en 2024/25, alcanzarán las 21.000).

El boom hasta 2029 y la necesidad de fomentar determinadas especializaciones

De los 10-11 mil graduados por año de hoy pasaremos a 15-16 mil: si contamos desde el año académico 2023/24 al 28/29 tendremos entre 81318 y 76581 graduados en Medicina, neto de abandonos. Poder absorberlos todos bien, evitando si es posible la salida de alrededor de mil al año como ha ocurrido hasta ahora, es uno de los objetivos a alcanzar. En este contexto, la conexión con las especializaciones es fundamental, como destaca el director de la Agencia, Daniele Livon, que invita a “tomar en consideración más variables para analizar fenómenos complejos como el que caracteriza una formación tan larga”. Y entre las intervenciones más urgentes está la de fomentar algunas especialidades médicas que tienen pocas salidas en el sector privado y que necesitan un mayor reconocimiento, empezando por el salario. Como lo imagina el reciente proyecto de ley sobre las listas de espera, que, sin embargo, corre el riesgo de que pasen tiempos bíblicos para su aprobación.

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