Endometriosis, Alessia: «Así apagué el dolor»

CREMONA – “Ahora puedo empezar a tener veintitrés años de nuevo”. alessia vivir con endometriosis. En una carta dirigida a la Oficina de Relaciones Públicas del Asistente de Cremona, agradece a los especialistas que la atendieron, encontrar una solución a su dolor. Gracias a una terapia experimental propuesta por la Neurocirugía de Cremona, logró “apagar” el dolor y recuperar el control de su vida. Con motivo del Día Mundial de la Endometriosis (28 de marzo de 2024), la joven paciente comparte su experiencia y anima a las mujeres que se enfrentan a la misma enfermedad a no subestimar los síntomas y confiar en centros y profesionales especializados.

UNA ENFERMEDAD INVISIBLE

«La endometriosis ha paralizado mis ganas de vivir – afirma -. Me sentí abrumado por un dolor que no podía identificar. Vino desde adentro, atacó mis entrañas, mi abdomen y progresivamente mi espalda y pierna derecha. No podía caminar ni sentarme: dejé de hacer todo lo que hacía antes, desde las actividades diarias hasta mi vida social. Lo más difícil fue explicarlo a los demás, sentirse comprendido: ¿cómo se explica algo que no se ve?”.

En julio de 2021 llegó el diagnóstico: endometriosis. Alessia acude a un centro especializado en la enfermedad, donde inicialmente prueba la terapia farmacológica y luego la cirugía. “Esperaba sentirme mejor, pero no fue así, el dolor empeoró”. Al primer diagnóstico se suman dos más: vulvodinia y neuropatía pudendaseguidas de otras terapias pero sin buenos resultados.

PROFESIONALES FORMADOS

“La endometriosis es una patología crónica y silenciosa”, explica Aldo Riccardi, director del Departamento Materno Infantil de Cremona. «A pesar de ser de carácter ginecológico, puede afectar a múltiples órganos y sistemas, provocando un dolor generalizado que acompaña a la mujer en todo momento. Podemos considerarla una enfermedad social, porque afecta también a las relaciones interpersonales.” En Cremona, el proceso de diagnóstico parte de una investigación precisa para identificar la naturaleza y el alcance de los síntomas.

Doctor Aldo Riccardi

«Para reconocerlo hay que saber interceptarlo. – añade Riccardi -. Por eso es importante comparación multidisciplinaria entre especialistas capacitados, capaz de leer los síntomas.” Las pruebas diagnósticas pueden incluir la resonancia magnética nuclear (en colaboración con Radiología, dirigida por Laura Romanini), para estudiar la propagación de la enfermedad. «Además de la farmacoterapia, la cirugía puede ser una vía terapéuticaAunque a veces es riesgoso y no concluyente, se recomienda sólo cuando la endometriosis es extremadamente incapacitante”.

LA NEUROMODULACIÓN “APAGA” EL DOLOR

«Cuando piensas que todo es inútil, llega algo revolucionario», continúa Alessia. «La neuroestimulación medular fue mi revolución».

En la Asst de Cremona ya se utiliza la neuromodulación antálgica para tratar patologías nerviosas o de columna. como el explica Antonio Fioravantyo, director de Neurocirugía y del Departamento de Neurociencias: «Es una técnica de tratamiento que utiliza radiofrecuencia sobre el sistema nervioso para mejorar los síntomas dolorosos.. Desde un punto de vista práctico, se trata de instalar un neuroestimulador a nivel epidural dorsal, que utiliza impulsos eléctricos o magnéticos para “engañar” las vías del dolor neuropático, preservando las demás sensibilidades”.

Doctor Antonio Fioravanti

Por primera vez se ha aplicado este método terapéutico para tratar el dolor de la endometriosis. “No hay nada parecido en la literatura”, añade Patrizia D’Auria, neurocirujana del equipo de Cremona. «Cuando conocí a Alessia decidimos probar este camino ampliando la neuroestimulación espinal para controlar el dolor abdominal, pélvico y de miembros inferiores. Fue un desafío para ella y para nosotros, afrontar juntos”.

Luego de una fase inicial de prueba para evaluar el funcionamiento y la modulación, se planificó la intervención para instalar el neuroestimulador que hoy acompaña a Alessia en la reanudación de sus actividades diarias. «Los resultados son muy alentadores – añade D’Auria -. Alessia está mucho mejor, ha aprendido a manejar el dispositivo de forma independiente, que se puede recargar y ajustar según sea necesario.».

«GRACIAS A MI MÉDICO»

«Tres meses después de la operación – confirma Alessia – puedo hacer cosas que antes eran sólo un recuerdo, como ir a la universidad, caminar o ir a la discoteca con mis amigos. Mi corazón está lleno de alegría, aunque después de tanto sufrimiento persiste el miedo de que todo esto pueda empezar de nuevo.».

La joven paciente agradece a los especialistas que la atendieron: «Nunca he conocido a nadie que confiara en mí, que creyera en mi enfermedad y que buscara una manera concreta de ayudarme. Es necesario reconocer a quienes trabajan con tanto amor y buscan verdaderamente el bien del paciente. Muchas mujeres han sufrido y siguen padeciendo estas patologías, me gustaría que la oportunidad que se me brinda no fuera excluyente.”

cab802edbf.jpg
45385327bb.jpg

NEXT ahí está el decreto, para quien conviene