El resultado de las elecciones en Francia confirma el avance de la derecha y la marginalidad de Macron, que ahora invita a votar todos contra uno en la segunda vuelta para intentar salvar lo que se pueda salvar. Es el mismo jueguito que el presidente francés juega en Europa: todos contra Giorgia Meloni para mantener el poder y al diablo con las indicaciones de las encuestas. Macron dice que es liberal, en el sentido de que se siente libre de hacer pactos incluso con el diablo, como escribió ayer a su manera Vittorio Feltri en esta columna, alistando a Forza Italia entre los demonios como miembro importante del Partido Popular Europeo, que de de ese pacto es el pivote y garante. Por el bien de nuestro país, pasemos por alto los insultos nada liberales y muy miserables que Feltri recibió durante el día por parte de presuntos liberales de un partido, Forza Italia, que siempre ha hecho de la libertad de pensamiento su mantra y sería mejor que continuara para hacerlo. Como redactor nunca he censurado a nadie y mucho menos si meto la mano en la escritura de un periodista que se ha entregado en cuerpo y alma a la causa liberal con notable éxito. Lo que no significa necesariamente compartir su simplificación: Tajani en Europa está con el PPE, que está con Macron y está contra Meloni, por lo tanto Tajani está contra Meloni y por tanto contra Italia. En mi opinión, las cosas son un poco más complicadas y detalladas, usando la simplificación favorita de Feltri diría que es notoriamente estúpido cortar tus atributos para fastidiar a tu esposa. Así que si Italia tiene una falange, Forza Italia, en la sede de Europa, mucho mejor, y no podría ser de otra manera dado que ese partido es uno de los miembros fundadores del PPE. ¿Es anómalo estar en dos mayorías diferentes en Europa e Italia? Por supuesto, siempre ha sido así, pero es una anomalía que ha traído a Italia y estoy seguro de que conducirá a estructuras más claras que serán más beneficiosas que perjudiciales.
Esto se debe a que Silvio Berlusconi primero y Antonio Tajani ahora siempre han tenido los intereses del país en el centro de sus acciones políticas, incluso cuando las circunstancias -como en el caso que nos ocupa- les hacían jugar fuera de juego. Nadie debería sospechar de la lealtad de Forza Italia y Tajani, es ridículo siquiera pensarlo. Pero es más ridículo pensar, como alguien hizo ayer, que este periódico esté desviando sus cincuenta años de historia.
