Génova: mercado en evolución

Para analizar los primeros movimientos de fichajes del Génova hay que partir de los principios establecidos hace meses. El primero se inspira en los conocidos límites establecidos por el juego limpio financiero: durante una sesión más, el club rossoblù no puede gastar más de lo que ha recaudado y ahorrado, por lo que debe proceder con la máxima cautela.

Bláquez y Ottolini lo dejaron muy claro: ninguna de las joyas se venderá pero al menos una y probablemente dos de ellas deberán ser sacrificadas en el altar del presupuesto. Lo ideal habría sido obtener una importante compensación “en efectivo” para gestionar mejor el tesoro, en parte destinada a la compra de determinados actores y en parte a cubrir las obligaciones: un proyecto difícil de implementar.

Se había elegido a Gudmundsson como principal fuente de dinero. La intención de venderlo se mantiene sin cambios, pero sus eventos no futbolísticos han alejado a más de un pretendiente y ciertamente tienen un impacto en el precio general. El islandés seguirá siendo el centro de atención hasta el final, pero la hipótesis de una reconfirmación al menos hasta enero ya no es tan descabellada: en lugar de privarse de él sin una ventaja real (económica o técnica), quizás sea preferible Aferrarse a él y confiar en su creatividad para hipotecar su salvación ya en la primera ronda.

José Martínez es el elegido para una despedida inevitable, pero es portero: un papel que difícilmente irá acompañado de una valoración muy alta. Su contrato expira en el verano de 2025 y es otro atraco bastante bueno. Así, los 15 millones acordados con el Inter representan -nos guste o no- un punto de llegada y no de salida. Es cierto que se puede encontrar otro defensor extremo de la confianza, en un panorama de papel lleno de opciones, pero la operación ahora definida con Beppe Marotta no parece ilusionante, ya sea porque la parte monetaria no es suficiente para satisfacer las necesidades de la empresa. y por las perplejidades que suscita la compensación técnica impuesta por la asociación milanesa. Debería llegar Oristanio, ex Cagliari, medio delantero, excelente técnicamente, pero es justo preguntarse si se adapta a las ideas tácticas de Gilardino.

¿Bastará con deshacerse del portero español para acabar con los onerosos traspasos? Es cierto que el Génova puede ganar dinero con la marcha de Coda y de varios otros jugadores superfluos, pero el temor a otra noble privación sigue siendo fuerte. Albert fue mencionado anteriormente, pero Frendrup y De Winter, jugadores jóvenes ya maduros, también tienen muchos admiradores: a medida que se acerca el campeonato, Blasquez, Ricciardella y Ottolini marcarán los goles y decidirán el destino de ciertos pilares.

Pero ojo: ahora mismo, el segundo candidato a abandonar Liguria se puede identificar en Mateo Retegui, todavía hombre de Spalletti y potencial terminal ofensivo para equipos de nivel medio-alto, en primer lugar la Fiorentina. En presencia de una oferta interesante, el acuerdo se concretaría sin ningún veto particular por parte de Gilardino, quien parece decidido a centrarse en un delantero centro más dispuesto a maniobrar. Vitinha, por ejemplo, tiene características más adecuadas: no es un hombre de área, pero aún así sabe ganar espacios para el tiro y es preferible como contraatacante.

Mientras tanto, el técnico de Biella reiteró su tendencia al conservadurismo, que se desarrolla en la reconfirmación de jugadores ya conocidos y formados por él, desafiando la tentación de seguir caminos nuevos, quizás tentadores pero menos seguros. De ahí la petición a los directivos de retener – definitivamente o con la confirmación de la cesión – al portugués y, en el lateral, a Spencer, ahora familiarizado con nuestro fútbol. Una perla en bruto, que se forjará con el tiempo, eliminando de su repertorio la discontinuidad destacada en el último campeonato.

Seguramente se completarán algunos otros movimientos, pero sin revoluciones. Gila no se opuso – al contrario… – a las confirmaciones de Messias y Malinovskyi, que regresaban de un año pasado principalmente en la enfermería. La edad de ambos es avanzada en términos futbolísticos y las garantías de forma física son las que son, pero con una cuidada preparación veraniega su rendimiento podría ser elevado.

Lo mismo ocurre con Badelj, que ya tiene 35 años y suele tener problemas en la segunda parte. La reconfirmación para una nueva temporada está totalmente acordada, dado que cuando el croata está en el terreno de juego, la maniobra rossoblù se enciende, pero se necesita un “alter ego” a la altura, y Malinovskyi, propuesto esporádicamente como director, realmente no aparece allí. Con Frendrup todavía vigente, el mediocampo no necesita revoluciones, pero sí se necesitaría un centrocampista joven y “fuerte”, con una feliz propensión a la inserción y al tiro y en el frente lateral, se necesita al menos una incorporación valiosa y dos serían aun mejor. No es un mal Pedersen que no se desfiguró en Sassuolo.

La defensa no presenta necesidades apremiantes: los titulares y los primeros suplentes son plenamente fiables. Es justo valorar las cualidades del regreso de Mercandalli, físico de granadero y fluidez de carrera, durante el retiro estival. En caso contrario, habrá que realizar un ajuste de entrada por necesidades numéricas.

En el frente ofensivo, como se ha escrito anteriormente, la situación es fluida. Ekuban está allí, esperando un nuevo contrato, pero la renuencia a satisfacerlo es comprensible. Todavía se puede encontrar otro contraatacante, pero con pies más educados.

Por último, queda por decidir el destino de una perspectiva muy interesante, Fini, que ha regresado de su cesión en el Standard de Lieja. Podría quedarse, siempre y cuando encaje en las teorías tácticas de Gila, pero otro año de exilio, quizás en Italia, podría beneficiarle.

PIERLUIGI GAMBINO

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