Andersen y Carlo Gioffrè hablan sobre la transición renovable en Italia

Andersen y Carlo Gioffrè hablan sobre la transición renovable en Italia
Andersen y Carlo Gioffrè hablan sobre la transición renovable en Italia

Artículo extraído de la edición de junio de 2024 de Forbes Italia. ¡Suscribir!

Diversificar el suministro de energía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Este es el objetivo que se ha marcado la Unión Europea al impulsar la producción de energías renovables, que en 2021 representó el 21,8% del consumo final bruto en los países de la UE.

En 2023, se elevó el listón de las energías renovables para 2030, llevándolo al 42,5% y con el objetivo de alcanzar el 45%. “Desde hace un tiempo, a nivel europeo, se adoptan políticas que avanzan hacia el uso de renovables”, afirma Carlo Gioffrécoordinador del departamento de derecho público energético de la consultora internacional fiscal, jurídica y financiera andersen.

La situación en Italia

“Los compromisos asumidos en el reciente G7 también van en esta dirección: Italia se ha comprometido a triplicar su producción de energía limpia de aquí a 2030. Una señal de que algo está cambiando. Vamos por buen camino. El hecho de que los objetivos hayan sido fijados por la UE es esencial, porque de esta manera es difícil para los estados individuales elegir otro camino, tal vez para evitar el impacto que la descarbonización está destinada a tener en las políticas económicas. Por supuesto, una vez fijados los objetivos, los métodos para alcanzarlos quedan en manos de cada país, eligiendo también entre las formas de producción en función de las diferentes características de los territorios. En Italia, la primera fuente es con diferencia la solar con uso fotovoltaico, hasta el punto de que, de 5.677 megavatios de nuevas instalaciones en 2023, el 92% se refiere a este tipo de sistemas, mientras que el porcentaje vinculado a la energía eólica o geotérmica es significativamente menor”.

En definitiva, una fuerte tendencia de desarrollo, a pesar de algunas dificultades. “Italia debe tener en cuenta situaciones históricas y culturales que determinan la necesidad de protecciones especiales para el territorio, y esto puede chocar con la necesidad de desarrollo en el ámbito energético. Lamentablemente estamos sujetos a una cierta complejidad en los procesos de autorización de las plantas, también porque cada procedimiento involucra una pluralidad de sujetos, que van desde las autoridades locales hasta las superintendencias y asociaciones. Esto supone una ampliación de tiempo tal que en ocasiones, mientras tanto, es necesario modificar el proyecto inicial, que por tanto debe actualizarse, con un aumento de costes. Si hubiera claridad en los tiempos, las inversiones también serían más atractivas. No olvidemos que el Pnrr prevé, en la medida 2, componentes de inversión específicos en energías renovables, que deben traducirse en proyectos concretos en los plazos previstos, con el riesgo, en caso contrario, de perder los fondos. Esto no quiere decir que no se haya hecho nada, al contrario: cabe destacar un notable esfuerzo organizativo por parte de las instituciones, como lo demuestran los datos, según los cuales, respecto a 2022, se consiguieron el pasado año un 87% más de renovables. año. Pero todavía hay más por hacer”.

Las dificultades de las instituciones locales

Un esfuerzo que se tradujo también en una mejora de las relaciones entre pública y privadaen beneficio del desarrollo. “Se anima a las administraciones públicas más previsoras –principalmente con el instrumento de la asociación público-privada– a participar en los instrumentos de transición energética, y nos damos cuenta de que, sin la intervención del capital privado, los proyectos no se pueden realizar. El problema surge cuando se quieren crear plantas destinadas a tener un impacto en territorios individuales. La demostración es que aquí hay muy pocas plantas grandes y la mayor parte de la producción proviene de pequeñas, también por la particular conformación del territorio”.

Un ejemplo de esta dificultad de las instituciones locales es el de Cerdeña. “El proyecto de ley aprobado por la Región de Cerdeña prevé una moratoria de 18 meses para la construcción de instalaciones en todo el territorio, que se aplica también a las autorizadas y aún no construidas. El Tribunal Constitucional ya ha anulado leyes similares, por lo que creo que el objetivo aquí es presionar al legislador para que adopte instrumentos que aclaren las zonas en las que se pueden o no construir las plantas. Mientras tanto, sin embargo, el tiempo pasa y esto desanima a los posibles inversores. De hecho, ya ha habido intervenciones encaminadas a la simplificación, pero necesitamos un decreto que lo aclare y, quizás, un código como el de contratación pública que regule la materia, ayudando a los inversores”.

El desarrollo de la agrofotovoltaica

Una evolución que ahora parece haberse detenido, al menos en el frente político, tras el Decreto Agrícola. “Nos parece, francamente, un paso atrás. En el texto aprobado por el Consejo de Ministros ya no se permite la construcción de sistemas fotovoltaicos en suelo en terrenos productivos. Se han identificado áreas donde es posible hacerlo, pero se trata de superficies insignificantes en comparación con las necesidades. Afortunadamente, algunos tipos de plantas están financiadas por el PNRR y se ha dejado claro que no se verán afectadas, al igual que las disponibles para las comunidades de energías renovables. Un sector excluido de esta parada es, pues, el de la agrosolar y la agrofotovoltaica, que parece destinado a un fuerte desarrollo en los próximos años, teniendo en cuenta también que hay 4.000 millones de euros disponibles en Europa. La agrofotovoltaica permite generar energía limpia sin consumir tierras agrícolas y está suscitando un gran interés por parte de los inversores, como lo confirman las cifras, teniendo en cuenta también el sistema de incentivos y el hecho de que las plantas pequeñas tienen procedimientos de autorización más rápidos, elemento que puede resultar atractivo. Sin embargo, surgió la noticia de que el Quirinal había planteado algunas dudas sobre el Decreto de Energía en el texto aprobado por el Consejo de Ministros. Por tanto, esperamos que todavía haya margen para repensar, o al menos para un mayor equilibrio a favor de las energías renovables”.

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