¿Estamos entendiendo mal el enfoque hacia los animales callejeros? La experiencia Stray Dogs en Abruzos


L’AQUILA – Dos años de trabajo en Pescasseroli, en Abruzos, para estudiar y controlar la presencia de perros vagabundos en el término municipal y evaluar las características de su convivencia con los humanos. El proyecto de la asociación Stray Dogs International, patrocinado por PArco nacional de Abruzzo, Lazio y Molise, casi está llegando a su fin. Una experiencia que también ayuda a abordar el tema de los animales callejeros de una manera diferente.

Una nueva aproximación al mundo de los perros libres

Una obra que profundiza en nuestra relación con los perros. A nivel teórico, en las últimas décadas han sido principalmente los estudios del biólogo y experto en ciencias cognitivas. Raymond Coppinger para destacar la vida de los perros libres. Una condición, la del perro libre, que nuestra sociedad tiende erróneamente a descartar como una anomalía. Nada podría estar más lejos de la realidad.

“Hoy de nuevo – explica Lorenzo Niccolini, presidente de Stray Dogs – El 80% de los perros del mundo viven en libertad. No son animales salvajes; en cualquier caso, un animal callejero ha sido seleccionado y ha evolucionado junto con el hombre a lo largo de milenios. Pero la de un perro libre, no sujeto a la propiedad de nadie, es una condición mucho más normal que la que solemos concebir hoy.”

Incluso la historia de la humanidad dice algo más. Aristófanes y Plinio el Viejo, Shakspeare más que Jack London, ya hablaban de perros libres a principios del siglo XX.

Una condición mucho más “natural”, pero que parecemos haber eliminado por completo de nuestro horizonte de pensamiento: “En la mayoría de países del mundo el perro es considerado un animal libre. Además, es un animal absolutamente hábil en colonizar entornos, súper adaptable, oportunista, capaz de explotar nuestros recursos”..

Los límites de los enfoques tradicionales

El recursos son un punto clave del planteamiento de Stray Dog, un problema del que ya hemos hablado en otros contextos, como en la gestión de la hibridación con lobos en el Gran Sasso. Para Clara Caspanivicepresidente de Stray Dogs, es un punto crucial: “Antes de hablar de animales o de convivencia, hay que hablar de recursos. En nuestros proyectos de la zona lo primero que hacemos balance son esos, si están ahí es hacia donde vamos. Si trabajas con el perro pero no con los recursos, en un año volverás al negocio”..

Es un aspecto casi totalmente ignorado por políticas de manejo de perros callejeros cuyo rasgo común es siempre sacar del territorio la mayor cantidad de perros posible. Los animales callejeros, a pesar del río de dinero que generan, siguen siendo un fenómeno masivo. Adopciones, perreras que se llenan, carreras de relevos, perros colocados en contextos inadecuados y ahora el norte de Italia también se enfrenta a las consecuencias de unas políticas relativas a los perros callejeros más atentas a la cantidad de perros recogidos que a la calidad de los proyectos realizados. .

“Sacar sólo perros del territorio – continúa Clara – alimenta la presencia de otros perros en el territorio si no se aborda la cuestión de los recursos”.

La experiencia StrayDogs

Stray Dogs nació hace casi diez años. Clara y Lorenzo se conocieron hace años durante un seminario sobre evaluación de perros de familia y de perrera. “Viajé a menudo a países donde había muchos perros callejeros. Como educadora me sumergí en este mundo y un día con Lorenzo nos fuimos a Marruecos donde hay una situación increíble de perros y callejeros”. Ahí nació Stray Dogs: “Después de regresar de ese viaje decidimos iniciar el proyecto, era la parte de la cría de perros la que nos interesaba. Observa en lugar de evaluar, observa no sólo a los perros, sino también el entorno, el contexto humano, habla con la gente”. En 2018 también se estructuró la asociación con la llegada de otros voluntarios, técnicos, veterinarios, investigadores y divulgadores.

Su enfoque es claro. “El problema de los animales callejeros no es sólo de perros” explica Clara. “Hay una complejidad de cosas que saber y comprender”.

De momento la principal actividad de Stray Dogs, y también abierta a la gente, son los campamentos que organizan en Marruecos y Abruzos, pero no sólo. En los Stray camps estudiamos el territorio, escuchamos y observamos a los perros y sus interacciones con el entorno: “Realizamos estudios en la zona con la colaboración de personas que también vienen a vivir una experiencia. Recopilamos datos, llevamos a cabo nuestro proyecto e intentamos desarrollar cada vez más estos temas y hacer que la gente los experimente”.

Existe conciencia de que cambiar de opinión sobre los animales callejeros no es fácil: “Cada vez es más difícil para las personas pensar en la libertad para ellos mismos y mucho menos para los perros” Clara vuelve a reflexionar. “Hoy hay un miedo muy grande a todo, incluso a salir de casa. Existe el temor de enfrentar un mundo que, según la imagen que nos hemos construido como sociedad, no nos permite vivir en una situación donde existen riesgos. Lo que podemos aportar con nuestro proyecto es sobre todo un cambio cultural.”

el perro libre

¿Pero quién es este perro libre que da tanto miedo? El extraviado El perro real es el perro libre que no tiene un referente humano pero normalmente ocupa un entorno cercano al humano. El semi salvaje Siempre es un perro libre pero tiende a distanciarse del hombre, explica Clara: “Tiende a alejarse de las zonas urbanas, prefiriendo las zonas rurales o incluso simplemente un vertedero, lugares más apartados”.

Finalmente están los propietarios errantes, “que vemos cada vez con más frecuencia”. No se definen como libres, son libres de moverse pero normalmente para la alimentación tienen una referencia humana y por tanto un hogar. Estos son importantes porque a menudo se mezclan con perros callejeros, pero claramente tienen comportamientos diferentes en comparación con los perros callejeros.

Los perros libres de Pescasseroli

En Pescasseroli, el estudio Stray Dogs, que se encuentra ahora en fase de reprocesamiento de datos, ha demostrado que casi todos los perros libres son dueños errantes, pero perfectamente integrado en el territorio.

“Son perros que tienen un adiestrador y son libres porque son perros de trabajo, guardan ganado y protegen su propiedad y se les deja vagar” dice Lorenzo. A veces acompañan al ganado, a veces deambulan, a veces son prácticamente perros de barrio, como los de la plaza de Pescasseroli. También es gracias a ellos que en Pescasseroli se ven pocos animales salvajes, o al menos menos que en otras zonas, así como en el perímetro de las numerosas granjas de cría que rodean la ciudad: “Es un tipo de perro perfectamente integrado, e incluso de noche realizan un trabajo importante”.

Causan pocas molestias a la fauna y al ser perros seleccionados para ahuyentar al lobo, la hibridación entre ambas especies es casi imposible lo que, sin embargo, es común con otros perros, nórdicos y huskies en particular que también son los que tienen mayor instinto depredador. hacia los animales salvajes.

Sin embargo, del estudio de Pescasseroli surgieron otras ideas interesantes. Los perros libres, por ejemplo, suelen ser mucho más tranquilos que los perros dueños.

“Los perros libres tienen grandes habilidades comunicativas y sociales y además saben evitar conflictos” Según Lorenzo. Los datos en general confirman esta dinámica. “No son perros agresivos, no quieren que los lastimen ni se los lleven y no durarían mucho si sus comportamientos no se adaptaran adecuadamente al contexto en el que viven. Los perros libres son educados y criados por perros. aunque son perros Crean una gran alarma social porque la gente les tiene miedo”. Subestimar las capacidades de los perros es uno de los sesgos de nuestra relación con el medio ambiente: “Basta pensar en los ladridos o gruñidos, que en realidad son elementos disuasorios y no una manifestación de agresión, algo que los humanos a menudo malinterpretan”.

Errores que, por el contrario, los perros no cometen, subraya Clara. “Los perros nos estudian, especialmente aquellos que viven en estrecho contacto con los humanos. Tienen una alta capacidad de observación hacia nosotros, estudian cómo vivimos, cómo nos movemos y nos adaptamos en base a eso.”

Si, por ejemplo, el concepto de manada les asusta, los perros se organizan en consecuencia con una estrategia muy diferente a la de los lobos: “En Marruecos hemos observado que los perros callejeros que viven en el pueblo suelen organizarse en tres, máximo cuatro ejemplares. En las zonas más rurales, sin embargo, los grupos tienden a aumentar en número.”

En Pescasseroli también se observaron interacciones con perros con dueño: “En zonas y caminos más frecuentados los perros guardianes están más acostumbrados a pasar, quizás ladran de lejos y aunque haya interacciones no pasa nada. Quienes viven en zonas más aisladas, sin embargo, pueden ser más reactivos”.

Ciertamente no se trata de andar de trekking con un mapa de los pastos pero si vas a la montaña es necesario saber cómo comportarte y qué distancias mantener: “Para cualquiera que tenga perro es imprescindible saber estas cosas” explica Clara. “Lo que sugerimos a los pastores es que se aseguren de que estos perros no vivan demasiado aislados. Las instituciones, por su parte, deberían ayudar con señales que ayuden a concienciar sobre cómo comportarse”.

En Pescasseroli, la comunidad, los ciudadanos, pero también los criadores y las empresas, vivieron bien la presencia de Stray Dogs. “Tenemos un enfoque sin prejuicios” dice Lorenzo. “Ciertamente tenemos nuestras ideas, pero nos gusta recopilar información, escuchar a la gente, comprender por qué se toman ciertas decisiones que tal vez nos gusten menos pero que ni siquiera habríamos sabido si hubiésemos llegado como colonizadores”. Y la respuesta fue positiva: “Siempre hemos tenido una gran apertura por parte de las empresas locales, son muy abiertas al diálogo y muy participativas, nos han dado la oportunidad de sumergirnos en su contexto con curiosidad y humildad. Después de todo, no se puede simplemente experimentar el lado bueno o malo de algo sin analizarlo más a fondo”.

Según los primeros resultados de un cuestionario realizado en Pescasseroli, la presencia de perros libres no parece ser un problema muy grave. “Hay claramente situaciones en las que debemos intervenir” concluye Clara, “porque el perro está enfermo o no se ha integrado al territorio pero también hemos demostrado que se pueden trabajar otros enfoques”.

Proyectos de este tipo se están ensayando en diversas zonas del mundo y los programas resultan de especial interés. esterilizacion-vacuna-reingreso en el territorio: “Lo importante es poner todo en la realidad concreta, estudiar los sistemas complejos vinculados a la convivencia es la única manera que permite trabajar realmente sobre un problema”.


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