Recluso intenta escapar del hospital – Teramo

TÉRAMO. En septiembre, el preso escapó de la prisión de Castrogno con una cuerda y nunca más fue capturado. La noche del lunes al martes, el recluso que, después de haber agredido a un policía penitenciario que lo custodiaba en el hospital donde estaba siendo atendido para sus controles, intentó escapar arrojándose por la ventana de la habitación del primer piso del los Mazzini. Se trata de un preso norteafricano que llegó a Castrogno el sábado procedente de la prisión romana de Regina Coeli, donde estaba encarcelado por delitos relacionados con las drogas.
El hombre sufrió una fractura en el pie en la caída y tras ser operado fue llevado nuevamente a prisión. El escribe Giuseppe Pallini Secretario provincial de Sappe: «Ahora incluso los intentos de fuga de los presos, ya sean de hospitales, tribunales o instituciones penitenciarias, se están convirtiendo en una mera estadística. El acontecimiento fue particularmente crítico porque tuvo lugar en un hospital en presencia de otros pacientes, personal médico y sanitario, pero fue gestionado de la mejor manera posible por la policía penitenciaria, que paga mucho en términos de estrés y operaciones por estos casos graves y Episodios críticos continuos. Lamentablemente, los ataques, las peleas y las lesiones al personal, así como las riñas y los intentos de suicidio, son algo habitual. Para nosotros es importante y urgente proporcionar un nuevo modelo de custodia”. Pallini también destaca cómo el lunes “la oportuna intervención de la policía impidió que otro preso se quitara la vida, confirmando las críticas operativas a las que los Vascos Azules tienen que enfrentarse a diario”.
El secretario general de Sappe intervino sobre el tema. Donato Capece quien, resaltando una vez más los problemas críticos dentro de una de las cárceles más superpobladas de la región, escribió: «Estamos hablando de policías que sirven en secciones al límite y más allá de las condiciones mínimas de salubridad, que son obligados a trabajar horas y horas de horas extras cada día para hacer frente a tareas institucionales, quienes ni siquiera cuentan con las herramientas necesarias para garantizar su propia seguridad física, como el taser”. Capece ha vuelto a pedir “medidas urgentes”, empezando por “un endurecimiento de las penas para los reclusos que agredan al personal de la policía penitenciaria durante su estancia y cumpliendo sus penas en prisión”. Necesitamos la presencia fuerte y clara del Estado, que no puede tolerar esta impunidad generalizada y se necesitan medidas urgentes”.(dp)
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