Abusos repetidos en la familia de Pavía, ahora el fiscal quiere juicio

Abusos repetidos en la familia de Pavía, ahora el fiscal quiere juicio
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PAVÍA. Un día de septiembre del año pasado, un día aparentemente como cualquier otro, no volvió a casa de la escuela. La estudiante, que acababa de cumplir 18 años, decidió acudir a la policía y contar su historia. Denunció violencia por parte de sus padres que se venía produciendo desde hacía años y que había afectado, además de a ella, a su hermana, hoy de 15 años, y a su hermano menor. Nunca regresó a casa y hoy todavía vive en un centro protegido. Después de algunos meses de investigaciones, aceleradas por la aplicación del Código Rojo (que prevé un proceso más rápido en casos de violencia doméstica y de género), la fiscalía de Pavía, a través del fiscal Paolo Mazza, solicitó la acusación para los padres, ambos de origen norteafricano.

Las acusaciones

La fiscal de Pavía les acusa de abuso infantil y el padre de la estudiante también está acusado de violencia sexual, agravada por la relación con la víctima y la edad de la joven, que en ese momento era menor de edad. Acusaciones que aún deben ser probadas: la audiencia preliminar está fijada para mañana ante el juez Guglielmo Leo, que deberá decidir si acepta la petición del fiscal, y por tanto iniciar un proceso, o absuelve al acusado.

Golpes y violencia psicológica

La joven, que en el momento de la denuncia asistía a un instituto de Pavía, habló de violencia física pero también psicológica, surgida en un contexto cultural anclado a las tradiciones de su familia y de su país de origen. Violencia que comenzó cuando ella, su hermana y su hermano eran pequeños. La situación empeoraría durante la adolescencia. Según su versión, sus padres la obligaban a ella y a su hermana a vestirse de cierta manera, según estándares más ligados a su país de origen, y les prohibían salir o hablar con los chicos. Además, los niños debían asistir a la escuela árabe además de a la italiana. Según la versión del estudiante, hubo mucha rigidez por parte de los padres en cuanto al rendimiento académico. Si el comportamiento de los niños se desviaba del camino trazado por los padres, entonces, según la acusación, se produciría violencia física. La estudiante denunció golpizas que recibió con tubos de goma, que no le dejaron marcas, y un episodio en particular, que al parecer fue protagonizado por su madre: la mujer ató a sus dos hijas por detrás con un tendedero y luego las habría golpeado, luego les habían metido un pañuelo en la boca para que no se oyeran sus gritos.

La desaparición y la denuncia

En septiembre de 2023, la joven decide denunciar: su desaparición del colegio desencadena también una denuncia de desaparición por parte de sus padres. El verdadero motivo de esa fuga se descubre rápidamente. Hoy la joven vive en otra ciudad, mientras que su hermana y su hermano fueron llevados a su país de origen el pasado otoño. Para ellos se han designado menores de edad, un curador especial y un abogado que seguirá el procedimiento con vistas a la constitución de parte civil.

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