Nuevo reglamento universitario en la Universidad de Trento. Rector, decano, secretario: todas mujeres aunque sean hombres

Nuevo reglamento universitario en la Universidad de Trento. Rector, decano, secretario: todas mujeres aunque sean hombres
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El presidente, el rector, el secretario, los profesores, el candidato, el decano. Todo femenino. Incluso si las personas indicadas son hombres. Uno para todos, es lo femenino sobreextendido. Así están redactadas las cincuenta páginas del nuevo reglamento universitario de la Universidad de Trento, aprobado hoy por el Consejo de Administración.

“Un acto simbólico”, afirma el rector, una absoluta novedad para la universidad que utiliza el femenino para todos los roles y referencias de género, en lugar del extendido masculino, comúnmente utilizado en todos los actos, ambos géneros u otras variaciones lingüísticas como los asteriscos o el schwa, muy extendido en otras universidades. También es una novedad para la Universidad de Trento, que en 2017 adoptó el manual sobre una lengua que respeta las diferencias para comprometerse a construir una universidad más inclusiva.

El documento marco implementa y detalla lo dispuesto en el Estatuto de la Universidad recientemente actualizado. Un documento importante, por tanto, porque regula la constitución, los métodos de elección y el funcionamiento de los órganos universitarios, además de dictar las disposiciones generales relativas a la organización de las estructuras académicas y a la gestión del patrimonio de la Universidad de Trento.

Su peculiaridad se reitera en el incipit con la introducción de un párrafo específico: “Los términos femeninos utilizados en este texto se refieren a todas las personas” (Título 1, art. 1, párrafo 5). Una elección con un alto valor simbólico, defendida con orgullo por el número uno de la universidad Flavio Deflorian.

Es el rector quien explica, en el sitio web de su universidad, la génesis y los motivos de esta decisión: “Al redactar el nuevo Reglamento nos dimos cuenta de que aceptar las directrices sobre un lenguaje respetuoso habría hecho que todo el documento fuera mucho más pesado. De hecho, en varios pasajes los términos deberían haberse especificado tanto en forma femenina como masculina. Por eso, para que todo sea más fluido y facilitar la fase de comparación interna, nuestras oficinas administrativas han decidido trabajar en un borrador basado en un único género. Eligieron la mujer, también para mantener el tema en la atención de los organismos gubernamentales.”

“Leer todo el documento – añadió Deflorian – me impactó. Como hombre me sentí excluido. Esto me hizo reflexionar mucho sobre el sentimiento que las mujeres pueden tener a diario cuando no se ven representadas en los documentos oficiales. “Me propuse dar, al menos en este importante documento, un signo de discontinuidad. Decisión que fue aceptada sin objeciones”.

Aquí leemos “los miembros del Equipo Evaluador”, “el director del Sistema de Bibliotecas Universitarias”, “el investigador”, “el decano”, términos citados y repetidos varias veces en referencia a todas las personas sin importar su género, en la casi cincuenta páginas que componen el nuevo reglamento que, tras algunas gestiones formales, será redactado, transmitido a las estructuras y publicado en el sitio web de la Universidad, donde será de libre consulta.

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