Uno de los dos misiles balísticos lanzados esta mañana por Corea del Norte pudo haber sufrido un fallo, explotando cuando aún se encontraba sobre territorio norcoreano y esparciendo restos por el suelo. Ésta es la hipótesis formulada por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur, que esta mañana informó del lanzamiento de dos misiles balísticos por parte de Pyongyang y que en las últimas horas ha examinado los datos recogidos por radares y satélites. Según Seúl, un misil balístico de teatro fue lanzado desde un lugar a lo largo de la costa occidental de Corea del Norte en dirección noreste a las 5:05 de esta mañana (22:05 en Italia), y habría recorrido unos 600 kilómetros. Un segundo misil, de un tipo no especificado, fue lanzado unos 10 minutos más tarde, pero su vuelo fue interrumpido después de sólo 120 kilómetros, y el misil pudo haber explotado en el aire no lejos de la capital, Pyongyang.
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El último lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte fue el miércoles pasado: al día siguiente, Pyongyang dijo que había probado con éxito un misil balístico diseñado para transportar múltiples ojivas convencionales o nucleares. Durante la prueba, la Administración de Misiles de Corea del Norte “realizó con éxito pruebas para controlar la separación y guía de ojivas móviles individuales”, dijo la oficial Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA). Según la agencia, las pruebas representan un paso importante hacia la plena adopción por parte de Pyongyang de la tecnología Mirv (múltiples ojivas independientes). Seúl había planteado la hipótesis de que Pyongyang había probado sin éxito una ojiva hipersónica.
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Precisamente ayer, Corea del Norte, en un comunicado de su Ministerio de Asuntos Exteriores, condenó las “repetidas, imprudentes y provocadoras acciones militares” contra Pyongyang por parte de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, advirtiendo de “consecuencias fatales”. El Ministerio hizo esta declaración tras el ejercicio conjunto Freedom Edge, celebrado por los tres países del 27 al 29 de junio, advirtiendo que Corea del Norte pretende “desalentar actos que perturben la paz y la estabilidad en la península de Corea y en el resto del mundo”. y “defenderá firmemente la soberanía, la seguridad y los intereses del Estado y la paz en la región con contramedidas ofensivas y abrumadoras”. Para Pyongyang, los ejercicios trilaterales forman parte del plan estratégico de dominación mundial de los EE.UU., que ejercen presión sobre Rusia y China, mientras que los dos aliados son “vasallos”: Japón “es la mayor base militar de los Estados Unidos en el extranjero” y Corea del Sur es “una colonia militar”.
