No se permiten piercings ni tatuajes ni convivencia fuera del matrimonio. Con vistas al Jubileo, se endurecen las nuevas normas para los empleados laicos que trabajan en la Fábrica San Pietro. Según escribe ‘Il Messaggero’, “más que un código de vestimenta, es un recordatorio obligatorio de decoro, diligencia y responsabilidad” para quienes se encuentran en contacto con miles de turistas: “tanto para los Sampietrini, trabajadores históricos como para ellos siempre han sido responsables del mantenimiento del lugar de culto, lo que para los empleados contratados en los distintos niveles de la Fabbrica, órgano administrativo nacido con la propia basílica de Miguel Ángel”.
Los textos de los Estatutos y Reglamentos relativos tanto al Capítulo de la basílica como a la Fabbrica se publicaron en la fiesta de San Pedro y Pablo. Los empleados laicos – escribe el periódico – “podrían ser despedidos o suspendidos si se descubre que revelan a extraños información sobre lo que sucede dentro de la basílica. Ya no pueden recibir a extraños en la oficina ni “retirar documentos originales, fotocopias, copias electrónicas u otro material de archivo”. También está prohibido ‘utilizar indebidamente los sellos y el papel membretado o los programas informáticos de la fábrica con fines privados’”.
No solo. “Los albañiles, constructores de puentes, fontaneros, carpinteros, carpinteros, electricistas, pintores, marmolistas, herreros o peones de Sampietrini que realizan trabajos de mantenimiento de la estructura están llamados a prestar especial atención a su aspecto exterior.: ‘Por respeto al decoro y a los entornos de trabajo, los tatuajes en la piel expuesta y los elementos de perforación corporal están prohibidos – afirma -, se exige que lleven una vestimenta digna y adaptada a la actividad que se va a realizar. La ropa uniforme sólo se debe utilizar durante el servicio. Sampietrini con el uniforme roto o manchado, ‘o que utilice el uniforme fuera de servicio, incurrirá en sanciones disciplinarias'”.
