Pesa 160 kilos, está encerrado en una celda desde hace un año: “Déjenme salir”. Y el juez le escribe al Dap

Obligado a una “inactividad total” porque pesa 160 kilos. Atrapado en una celda durante un año y medio. Prisionero por la sentencia que debe expiar. Prisionero de su propio peso.

Desde febrero de 2023, Antonio Epicoco, de 50 años y que aún cumple 15 años de prisión por un asesinato cometido en Montenegro en 1998, se encuentra confinado. No puede levantarse de la silla de ruedas. No puede salir a caminar durante el tiempo libre. No puede ver a nadie. Vive en el tercer piso del centro clínico de Lorusso y Cutugno, junto con presos como él que tienen problemas de salud. Un lugar donde no hay ascensor, ni siquiera montacargas.

El otro día, en la audiencia ante el tribunal de control, su abogado defensor Roberto De Sensi exclamó: “Señor juez, si hay un incendio o un terremoto, aquí todos mueren, no pueden moverlos”. Cuando Epicoco llegó a La Valeta en 2023, pesaba 158 kilos. Desde hace unos meses supera los 160. Es un hombre atrapado.

El 4 de junio, sus abogados pidieron al tribunal de control de Turín que pospusiera la ejecución de la pena o el arresto domiciliario debido a “graves problemas de salud”. «Sufre una enfermedad pluripatológica, pulmonar, metabólica y cardiológica, constantemente conectado al dispositivo que dispensa oxígeno», denuncian los abogados De Sensi y Cinzia Cavallo, que dijeron a la presidenta Elena Bonu: «Necesita asistencia para cada movimiento. De hecho, se ve obligado a la inmovilidad y a la ociosidad total. No puede ser reeducado. Vive en condiciones inhumanas”.

El tribunal desestimó la solicitud también porque, subraya el juez, el preso está empeorando “también debido a algunos hábitos contraindicados asumidos por el propio sujeto, que no ha dejado de fumar activamente”. Además, según los jueces, Epicoco, que padece obesidad y patologías relacionadas desde 2010, estaría mejor en prisión que en casa de su madre, donde pidió ir. Lorusso y Cutugno “reciben los cuidados necesarios”, escriben.

Pero en cuanto a la peligrosidad de la estructura donde el hombre sigue atrapado, es el mismo tribunal de control el que critica al Dap (Departamento de Administración Penitenciaria) por lo que la defensa define como «una clara violación de las normas contra incendios, ya que no está previsto, en en caso de evacuación forzosa, no hay posibilidad de utilizar vías de escape”.

Todos los reclusos enfermos confinados aquí estarían en peligro en caso de incendio o terremoto. Nadie puede moverlos sin ascensor.

Para el tribunal se trata de “dudas legítimas” que “merecen consideración”. En el auto, los jueces informan de la situación al Dap para que pueda evaluar «la existencia real de condiciones de seguridad para garantizar, en caso de necesidad de evacuación de emergencia del edificio, la seguridad de todos los ocupantes, incluidos los que padecen enfermedades». grave impedimento para caminar”, escribieron también los abogados del preso obeso al Dap. No recibieron respuesta.—

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