En un momento de máxima crisis en la escena internacional, la reunión ministerial de Asuntos Exteriores del G7 que se inauguró el miércoles por la tarde intenta desactivar al menos algunos fusibles. Lo que les espera a los jefes de diplomacia de Italia, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña y Japón no será una tarea fácil. Israel amenaza desde hace días con una reacción al ataque de Irán y el régimen de los ayatolás también advirtió hoy contra posibles represalias, con una demostración musculosa de su ejército, desfilando con motivo de la Fiesta Nacional. El G7 “tiene el objetivo de construir la paz y la desescalada en un contexto muy tenso”, afirmó el anfitrión, el jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani, a su llegada a Capri. El temor es el de una reacción desproporcionada por parte del Gobierno de Benjamín Netanyahu: el ejecutivo está dividido, pero el primer ministro – que recibió hoy al jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores, David Cameron, y a la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock – reiteró que nadie puede dile qué hacer: «Gracias a nuestros amigos por el apoyo en defensa aérea y por todos los consejos, pero dejemos claro que tomaremos nuestras propias decisiones y siempre haremos todo lo posible para defendernos».
A la espera de una respuesta que podría ser desproporcionada, Italia, que ostenta la presidencia rotatoria del G7, renueva su llamamiento a la moderación: «Israel tiene derecho a defenderse, pero veremos qué tipo de reacción tendrá. Queremos que siempre prevalezca la prudencia”, instó Tajani. Evidentemente, Israel no está satisfecho con la “victoria” política lograda hasta ahora: la tragedia humanitaria en Gaza ha pasado a un segundo plano, por primera vez la oleada de misiles y drones iraníes ha conseguido hacer intervenir, directa o indirectamente, a varios países árabes. en su lado. Ya el domingo, inmediatamente después del ataque iraní, el G7, convocado por la primera ministra Giorgia Meloni, hizo un llamamiento a la moderación y pidió una tregua, la liberación incondicional de los rehenes y el flujo de ayuda a Gaza. Ahora se está añadiendo una pieza extra en un intento de apaciguar al gobierno de Netanyahu. “Veremos si será posible imponer sanciones a Irán y de qué tipo”, anticipó el viceprimer ministro. Según se ha filtrado, existe un acuerdo general en que la reunión enviará un mensaje político a la comunidad internacional para que se puedan imponer sanciones a personas en Irán que estén involucradas en la producción, comercialización y entrega de misiles y drones utilizados tanto en Ucrania y contra Israel y los hutíes en el Mar Rojo: aquellos en Irán que contribuyen a la cadena de suministro de misiles balísticos, la misma cadena de mando que los suministra a Rusia y a los grupos aliados de Irán (Hezbolá y hutíes), deberían terminar en el punto de mira.
Otro tema candente es Ucrania, donde el presidente Volodymyr Zelensky ha pedido durante mucho tiempo mayores defensas aéreas para hacer frente a la agresión rusa. El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió hoy explícitamente a los aliados que hagan más para apoyar a Kiev: «Alemania, que ya ha entregado dos sistemas Patriot, ha decidido entregar otro. Es inmediatamente útil para Ucrania, pero queremos animar a otros a hacer lo mismo”, dijo a su llegada a la cumbre de la UE en Bruselas. Bueno, el G7 también tiene la intención de acelerar la entrega de sistemas antiaéreos. También presionan Italia y Estados Unidos: en particular, la contribución de Italia podría materializarse en la financiación de una línea de crédito para la compra de los F16, los aviones en los que se formaron los pilotos ucranianos.
