Israel lo intenta de nuevo. Tras la aprobación de la resolución de la ONU de alto el fuego con la abstención de Estados Unidos y la cancelación de la misión israelí en EE.UU., Benjamín Netanyahu informó a la Casa Blanca de su deseo de reprogramar la visita, en la que será central la anunciada operación en Rafah , en el sur de la Franja de Gaza. Para calmar los ánimos, el primer ministro definió la decisión de cancelar la visita como “un mensaje directo a Hamás, para subrayar que Israel no cederá a la presión internacional”. Según el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, recién llegado de Washington, “las relaciones de seguridad entre Israel y Estados Unidos son fuertes y seguirán siéndolo”. Pero “no tenemos ningún derecho moral a detenernos – afirma – porque “los ojos del mundo están puestos sobre nosotros y los resultados de la guerra determinarán el futuro de la seguridad de Israel durante décadas”.
La guerra continúa en la Franja de Gaza, aunque una encuesta de Gallup revela que el 55% de los estadounidenses la desaprueba. Y existe el riesgo de que la situación en la región empeore. Mohammed Deif, comandante de las Brigadas Al-Qassam, el brazo armado de Hamas, llamó a la gente de los países árabes y musulmanes a marchar por Palestina. «Empiece ahora y no mañana», afirmó, mientras que desde Irán, el ayatolá Jamenei, durante un encuentro con el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, se alegró porque «la paciencia mostrada por el pueblo de Gaza ha transformado a Palestina en la primera cuestión mundial». “.
Después de un bombardeo de cohetes en su territorio por parte de Hezbollah, Israel reaccionó y mató a un miembro clave del grupo extremista Jamaa-al-Islamiya en un ataque.
