DIEZ CARAS DE LA GIRA

DIEZ CARAS DE LA GIRA
DIEZ CARAS DE LA GIRA

Recorrido histórico, independientemente: el primero que parte de Italia, el primero que no terminará en París. Gira legendaria, con toda probabilidad: al ganarlo, Tadej Pogacar lograría ese doblete Giro-Tour que falta desde los tiempos de Pantani, a finales del siglo pasado. Gira dura, de inmediato: la Florencia-Rimini con sus 3600 metros de desnivel es el tramo de salida más duro de todos los tiempos, la Cesenatico-Bolonia termina con un par de subidas y la doble subida de San Luca. Gira dura, incluso en Francia: el cuarto día tiene lugar la Galibier, seguida de cuatro llegadas en alto entre los Pirineos y los Alpes, las carreteras blancas (32 kilómetros repartidos en 14 sectores en Troyes), y dos contrarreloj, 25 kilómetros en los viñedos de Champaña y 34 en Niza el pasado día, como no ocurría desde 1989, año en el que Lemond le arrebató la carrera a Fignon por sólo ocho segundos. Pequeña Italia (ocho corredores en total), pocas esperanzas: los tricolores Bettiol y Ciccone son los encargados de romper un ayuno de 85 etapas (la última alegría de Nibali, en 2019). Aquí están los diez rostros nominados para el cuadro de honor.

Tadej Pogacar. Gana porque hasta ahora ha conseguido todos los objetivos estacionales que se había propuesto, porque ha dominado el Giro sin desperdiciar energías, porque tiene a su lado compañeros como Adam Yates y Almeida que bien podrían aspirar al ranking. No gana porque entre los peligros del Tour está también ese clima tórrido que limita su motor.

Jonás Vingegaard. Gana porque en tres participaciones ha conseguido dos éxitos y un segundo puesto, porque en subida tiene mejor marcha que los demás, porque no sólo es muy fuerte en la montaña sino también en la contrarreloj. No gana porque en el Tour hay que estar perfecto y después del accidente de principios de abril (rotura de costillas, neumotórax) no puede estarlo.

Primoz Roglic. Gana porque se lo ha jugado todo en esta carrera, porque tiene una cuenta abierta en el Tour desde que Pogacar se la quitó el último día, porque puede contar con el apoyo de dos jugadores fuertes como Hindley y Vlasov. No gana porque se acerca a los 35 años y empieza a sufrir este ciclismo agresivo.

Remco Evenepoel. Gana porque él también es un fenómeno, porque en la Vuelta y en parte en el Giro ya ha demostrado que sabe mantenerse alto, porque cuando se mete una diana en la cabeza muchas veces acierta. No gana porque es su debut y porque para llegar a Niza de amarillo no bastan las contrarreloj, sino que hay que ir igual de rápido en la montaña.

Carlos Rodriguez. Gana porque ya ha demostrado que es un hombre de grandes giros, porque este año ha ido creciendo poco a poco, porque en el juego táctico del Ineos puede contar con compañeros de gran nivel como Thomas y Pidcock, además de Bernal. No gana porque a sus 23 años todavía tiene un mal día que no le hace perderlo todo, pero lo compromete.

Richard Carapaz. Gana porque en las grandes vueltas está acostumbrado a estar en los primeros puestos, porque tiene que compensar su desafortunado abandono hace un año después de la primera etapa, porque hay suficiente montaña para demostrar sus habilidades. No gana porque no ha corrido una gran vuelta en dos años y esta temporada nunca ha lucido en su mejor momento.

Egan Bernal. Gana porque al principio es uno de los pocos que ya lo ha hecho, porque su enfoque ha ido creciendo constantemente, porque dos años después del accidente de autobús durante un entrenamiento parece estar de nuevo en su mejor nivel. No gana porque hay que ser muy fuerte contra la nueva generación y él todavía no lo es.

Enric Mas. Gana porque tanto en el Tour como en la Vuelta siempre ha ido en el vagón de primera, porque es alguien que no le teme a nadie en la montaña, porque no pudo digerir su abandono hace un año en la primera etapa. . No gana porque siempre da la impresión de dar un salto de calidad pero nunca lo consigue.

Simón Yates. Gana porque hace un año se detuvo al pie del podio, porque el trabajo de su hermano Adam para Pogacar también puede beneficiarlo a él, porque para prepararse siguió el mismo camino que hace un año sin esforzarse demasiado. No gana porque, a pesar de terminar entre los diez primeros un par de veces en Francia, nunca dio la impresión de poder dominar.

Félix Gall. Gana porque ya ha demostrado que sabe correr al ritmo de los mejores, porque está en constante crecimiento, porque en esta edición hay montañas suficientes para potenciar sus habilidades como atacante. No gana porque no es un gallo en la contrarreloj y a la larga esto acaba pesando sobre quienes tienen ambiciones de podio.

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