Seguridad, Patrick Lefevere critica los cambios reglamentarios: “La primera tarjeta amarilla en el ciclismo pronto podría ir a parar a la propia UCI”

Patricio Lefevere No parece ser un gran admirador de las nuevas reglas de la UCI. Tras el anuncio de hace unos días, es oficial que a partir de 2025 un nuevo sistema de “tarjeta amarilla” que sancionará a los corredores y, en general, a todos los miembros de la caravana culpables de conductas peligrosas. Sin embargo, según el director del equipo Soudal Quick-Step, esta nueva sanción todavía deja muchas preguntas, especialmente en relación con quién deberá emitir advertencias durante las carreras, dado que muy a menudo los jurados de carreras están compuestos por personas que nunca han competido en una carrera. bicicleta.

En su editorial semanal sobre El Nieuwsblad El directivo belga comentó así las decisiones de la UCI: “Entre multas, deducciones de puntos UCI, descensos de categoría y descalificaciones, ya hay muchas sanciones. Creo que la tarjeta amarilla podría existir como una sanción menos drástica que una descalificación, pero Para un corredor es más grave que una multa que normalmente paga el equipo. […] No me importa la idea en sí, pero todo dependerá de la implementación práctica. ¿Quién será el árbitro que podrá decidir sacar la tarjeta amarilla? Los jurados de carreras casi siempre están formados por personas que nunca han corrido en bicicleta. Mi consejo es involucrar a los ex corredores en el proceso de toma de decisiones. decidir qué comportamientos realmente ponen en riesgo la seguridad”.

Otro cambio que no convence en absoluto a Lefevere es el que se refiere a la limitación del uso de las radios, que la UCI considera a la vez “una fuente de distracción para los corredores y un peligro físico, ya que las unidades de radio están montadas en la parte trasera”. y representan un riesgo cuando un gran número de equipos piden simultáneamente a sus corredores que pasen al frente de la carrera”. En el editorial se rechaza este concepto y es más peligroso que las propias radios.

Es una idea completamente ridícula. – explica – Traduzcamos esto a un lugar de trabajo normal: un empleador no puede hablar con su personal mientras realiza su trabajo. La UCI considera que esto es una medida de seguridad, ya que la radio que llevas en la espalda supone un peligro físico en caso de caída. Pero significa eliminar una herramienta que ayuda a informar a los corredores sobre peligros inesperados en la carretera. ¿Qué pasa si hay un coche en la pista y tus dos ciclistas con auriculares ya no compiten por el motivo que sea? Es absurdo, por supuesto. La primera tarjeta amarilla en ciclismo pronto podría ir a parar a la propia UCI“.

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