La transición ecológica y la falta de un plan industrial eficaz están provocando el cierre de la fábrica de Bosch en Bari, donde trabajan unas 1.600 personas, la mayoría de las cuales se dedican a la producción de componentes de motores. Como interlocutores sociales hemos hecho todo lo que hemos podido, pero no es suficiente: por eso pedimos al Gobierno que convoque inmediatamente una mesa de debate.
La asignación de la producción de componentes para bicicletas eléctricas a Bari no sólo no ha compensado la caída de los volúmenes de diésel, sino que a su vez está disminuyendo un 50% con respecto a las expectativas. O Bosch inicia una importante diversificación de la producción o la planta de Bari cerrará.
Como interlocutores sociales pedimos a Bosch que respete los compromisos asumidos en el acuerdo de julio de 2022 y, por tanto, que trabaje en la búsqueda de nuevos productos, incluso más allá del sector de la automoción, con el apoyo de inversión adecuado.
Pedimos a los políticos que apoyen a la industria en general y, por tanto, también a Bosch en esta delicada transición, para que no se produzca otro drama social.
Oficinas de prensa de Fim, Fiom, Uilm, UglM
Roma, 28 de marzo de 2024