Este lunes es una historia de salvación. Una historia para la que fácilmente se podría haber previsto un epílogo trágico, pero que, en cambio, gracias a una rápida sinergia de socorro y asistencia; tuvo un final feliz. Es la historia de la pequeña Avena: una gatita adulta de tamaño mediano, de la raza común europea, de suave pelaje blanco lechoso y grandes ojos verdes; enmarcado por una “máscara” de pelaje beige atigrado que lo hace único, con una única mancha marrón rojiza en su lado izquierdo al igual que su cola. De carácter curioso pero sobre todo cariñoso, Avena adora los mimos y la compañía tanto de amigos humanos como de otros felinos: le gusta jugar con ambos y darse tiernas efusiones. Exactamente a todos, sin excepción. Y quizás, naturaleza más allá, esta sea precisamente su forma especial de agradecer al ser humano que ese día la recogió en el asfalto y la puso a salvo; y también para corresponder la acogida de los numerosos amigos felinos que encontró cuando volvió a abrir los ojos. Avena fue víctima de un grave accidente de tráfico y, tras primeros auxilios y cuidados veterinarios, a finales de marzo fue trasladada al criadero de La Spezia para pasar un largo período de hospitalización al final del cual su mandíbula también volvió a la normalidad. mientras ella sigue sin poder controlar sus necesidades lo que la lleva a tener que ser atendida para evitar posibles contagios. Por eso ahora Avena está lista para pasar del cariñoso cuidado de los voluntarios de la asociación “L’Impronta” al de una nueva familia exclusivamente para ella.
Alma Martina Poggi
