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Un Joe Biden incierto, que demuestra plenamente sus 81 años y por momentos parece cansado y confundido. Un Donald Trump agresivo, que evadió y engañó (y en ocasiones siguió repitiendo falsedades sobre las elecciones que perdió en 2020 y sus propios esfuerzos por subvertirlas). Pero a menudo parecía más controlado, disciplinado y tranquilo que de costumbre.
El primer debate de la campaña presidencial estadounidense no tranquilizó a los votantes estadounidenses -ni tampoco a los cada vez más nerviosos activistas y líderes del Partido Demócrata- preocupados por la edad de Biden y su imagen de fragilidad. A pesar de tener 78 años, Trump hizo una actuación que se cree más decidida. El juicio de los grandes medios de comunicación fue implacable: “La caída de Biden en el primer debate con Trump”, tituló el Wall Street Journal, que subrayó cómo su rival “permaneció sereno”. Biden está “en problemas”, escribió el New York Times, a pesar de los “ataques engañosos” de Trump. El Washington Post utilizó términos similares.
El efecto en las encuestas aún está por verse, ya que todavía faltan cuatro meses para que se celebren las elecciones y hay tiempo para que haya posibilidades de redención. Sin embargo, este es en primera instancia el resumen del encuentro cara a cara que tuvo lugar en los estudios de televisión de CNN en Atlanta. Noventa minutos de preguntas y respuestas de los candidatos a los periodistas y moderadores del canal. A los ojos de los expertos, Biden, de voz ronca y débil agravada por un resfriado, parecía con demasiada frecuencia incapaz incluso de terminar con claridad algunas de sus frases, especialmente en la primera media hora. Y no logró brillar ni siquiera en los temas que consideraba más favorables para él, la defensa del derecho al aborto (atacado por los republicanos) y la de la democracia y sus valores, empezando por la denuncia del ataque al Congreso el 6 de enero de 2021. por parte de los seguidores alentados por Trump. La propia vicepresidenta Kamala Harris admitió más tarde que Biden “tuvo un comienzo lento” en el debate. Una de las respuestas más eficaces de Biden llegó en política exterior, sobre el multilateralismo, los aliados y la OTAN: acusó a Trump de querer abandonar Ucrania a Rusia y de “ser el hombre que quiere abandonar la OTAN”.
Trump, desde un punto de vista sustantivo, atacó en primer lugar cuestiones que le son familiares: la inmigración, acusando a Biden de haber abierto las fronteras a oleadas de inmigrantes ilegales a menudo peligrosos; y la economía, culpando a Biden de la inflación excesiva. En cuanto a política exterior, dijo que Biden ha arruinado la reputación de fuerza de Estados Unidos. Y no dejó escapar un comentario sobre los errores de Biden: “Realmente no sé lo que dijo, y no creo que él tampoco lo sepa”, dijo al final de una frase particularmente complicada de su rival sobre inmigrantes. Trump también ha indicado que aceptará el resultado de las próximas elecciones sólo si es justo y legítimo.
Numerosos funcionarios del Partido Demócrata detrás de escena expresaron abiertamente su nerviosismo por el desempeño general del presidente. “Solo tenía una misión: asegurar que era capaz de ser presidente por otros cuatro años. Y fracasó”, dijo un representante demócrata. De hecho, Biden necesita movilizar a la base del partido, que carece de entusiasmo por él, y llegar a los pequeños pero decisivos segmentos de votantes indecisos e independientes. Biden, en un evento posterior al debate, intentó arengar a sus partidarios diciendo que “ganaremos a este caballero”, en referencia a Trump. Entre los responsables del partido, sin embargo, algunos también han planteado la posibilidad de sustituir a Biden como candidato extramis, con motivo de la convención de agosto.
