¿En cuál debería usted confiar para gobernar la transición?

A la que de los numerosos ¿Escenarios energéticos en los que confiar para comprender y gobernar la transición? ¿Quién tiene la tarea de elegir? En el editorial del trimestral de marzo de 2024, el director Alberto Clò reflexiona sobre los riesgos de confiar en escenarios energéticos más políticos que técnicos y alejados de la realidad de los hechos.

“No pasa un día sin que se publiquen nuevos escenarios sobre el futuro de la energía proyectado hacia mediados de siglo, cuando – se afirma o se espera – las emisiones netas tenderán o al menos deberían tender a cero (…). A quienes están convencidos de ello se les oponen aquellos, aunque no negacionistas, que subrayan, a la vista de los datos, la lentitud con la que avanza la transición energética”.

“No es mi intención aquí tomar partido en uno u otro escenario”, escribe el director Alberto Clò en el editorial trimestral FUERZA en Junio. “Prefiero hacer una pregunta sobre la cual sería apropiado reflexionar: ¿cuál de los actuales escenarios conflictivos – considerando el petróleo pero no sólo – es apropiado y necesario relacionarse y decidir “qué hacer” hoy para mañana?

Un siglo: los tiempos de transición al ritmo actual

¿De quién depende esta elección: del mercado, de los operadores privados, legítimamente atentos a sus intereses, de los gobiernos o de las organizaciones internacionales? Una vez más: ¿de qué manera y con qué herramientas estos últimos podrían influir en las decisiones privadas?”.

Una reflexión que continúa desde un ángulo diferente al propuesto en el editorial del número de marzo por Massimo Nicolazzi (La política en tiempos del cambio climático), quien destacó cómo la urgencia de promover la transición energética está empujando a la ciencia, el poder judicial y las finanzas a eliminar espacios políticos de la democracia.

¿Son confiables los escenarios?

“El entrelazamiento de factores económicos, políticos y sociales”, escribe Clò, “y la ocurrencia de acontecimientos imprevisibles (Covid-19 y guerras) no permiten, por otra parte, prefigurar escenarios que tengan cierta solidez a largo plazo. y sobre qué base decidir “qué hacer”. La evolución de los mercados, en la tensión entre los hechos económicos y políticos, así como la ocurrencia imprevisible de descubrimiento tecnológicos, llevan a la misma conclusión”.

La discordante comparación escenario-realidad refleja en gran medida, según el autor, los supuestos que subyacen a los escenarios, las hipótesis circundantes, los juicios de valor y las políticas deseadas por sus autores “más que las ecuaciones que conforman los modelos subyacentes”.

Predecir exactamente cuándo caerá la demanda de petróleo es como un juego – Daniel Yergin

Llama la atención el caso de la primera fuente energética consumida en el mundo: el petróleo. “Algunos informes recientes (7) predicen que su demanda a mediados de siglo no será muy inferior a la actual o incluso puede aumentar (8), descontando incluso una aceleración de la transición energética en muchos ámbitos. Estas previsiones difieren mucho de las que prevalecen hasta ahora. Empezando por los formulados por la Agencia Internacional de Energía (AIE)”.

“Por lo tanto, confiar en los escenarios de la AIE es problemático incluso si se recuerdan sus fracasos pasados: desde la profecía errónea sobre la «Edad de Oro del Gas»(11) o el aún más sorprendente sobre el “renacimiento nuclear”. (…) Mirando de cerca el informe anual Perspectiva energética mundial se parece cada vez más a un documento diplomáticodestinado a orientar las políticas gubernamentales en la dirección deseada, más que como un estudio técnico-económico sobre la posible dinámica del sistema energético mundial (14)”.

Las críticas a la AIE por el cambio de mandato no solicitado

La cuestión no es secundaria. La Agencia fue creada con el mandato de brindar apoyo técnico a los gobiernos de la OCDE para garantizar su seguridad energética. Estados Unidos se lo recordó recientemente al director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, en dos cartas durísimas: una de los presidentes de las Comisiones de Energía de la Cámara y del Senado, la segunda de la Comisión de Energía del Congreso.

“Operar y construir un futuro sin combustibles fósiles –este es el punto decisivo– no libera al mundo, ni a las autoridades que lo guían, de la responsabilidad de evitar una brecha en el suministro de petróleo (pero lo mismo se aplica al gas y al carbón), si todavía había una necesidad. De lo contrario, se corre el riesgo de que se creen profundas tensiones económicas y políticas a nivel internacional, empezando por las relativas a los precios que, como se ha visto en las recientes crisis, todavía influyen en gran medida en las cuentas económicas de los países avanzados, comprometiendo las esperanzas de crecimiento de los emergentes”.

El riesgo de una votación sobre la oferta y de estancar la transición

Crisis y tensiones que podrían comprometer el camino mismo de la transición energética y la lucha contra el cambio climático, como subrayaron Collins y Michot Foss en un artículo de 2022 en el que advertían que “no se pueden ignorar las realidades termoquímicas y financieras”, so pena de riesgo “. para frenar definitivamente la transición energética en el “valle de la muerte” que hoy atraviesa. (…) “Un amplio suministro de energía es la base de la civilización moderna. El progreso climático requerirá simultáneamente buscar maximizar la abundancia, asequibilidad, eficiencia y confiabilidad de la energía”.

“En conclusión, volvemos a la pregunta inicial”, escribe de nuevo Clò, “¿cómo evitar – hoy y mañana – un vacío en el suministro de fósiles, si la transición energética no es capaz de reemplazarlos adecuadamente?”

¿A quién le corresponde hacerlo?

Esto debería ser preocupante teniendo en cuenta que el ritmo de la transición es mucho menor que el necesario para alcanzar los objetivos indicados por el IPCC. (…) Tomar nota de esto es, y sería, decisivo para no negar lo que se debe hacer para mitigar las emisiones que alteran el clima sino, incluso antes, corregir lo que no está teniendo los efectos esperados. Gobernar la transición es la manera de evitarla”.

¿A quién le corresponde hacerlo? ¿Estados? ¿Organizaciones internacionales? ¿Asociación gobierno-empresas? ¿Y con qué herramientas? Cuestiones que son ajenas al debate actual sobre la transición y que, en cambio, deberían estar en el centro dada la relevancia, las implicaciones y los riesgos de los desafíos que nos esperan.


El post presenta la editorial de Alberto Clò Gobernando la transición energética, entre escenarios y realidad publicado en ENERGIA 2.24 (págs. 8-11).

Alberto Clò es director de ENERGIA y RivistaEnergia.it


Foto: Unsplash

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