tanta rabia y luego? En unos días todo volverá a ser como antes.

Pierpaolo Bodini, de 18 años, murió aplastado por un vehículo agrícola en los campos de la zona de Lodi. Por las mismas horas, en Sesto Calende, en la provincia de Varese, un joven de diecinueve años sufrió la misma lesión: sobrevivió, con fracturas en la pelvis y el fémur. Al día siguiente, en Cividale Mantovano, Mirko Schirolli, de 35 años, murió al ser succionado por una máquina. En el fondo está el caso de Satnam Singh, con elementos de crueldad criminal tan flagrantes que provocarían la indignación de cualquiera. Giorgia Meloni también intervino sobre este punto: “Son actos inhumanos que no pertenecen al pueblo italiano y espero que esta barbarie sea duramente castigada.“.

La declaración del Primer Ministro, con un regusto a propaganda patriótica sobre el italianos buena genterevela el drama detrás de estas tragedias: la violencia en el trabajo No es una emergencia, es un fenómeno estructural y cristalizado, ante el cual la indignación no basta. Y el castigo, si llega, no resucita a nadie: la seguridad requiere prevención, no propaganda.

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Menos inspecciones, más precariedad: el mundo del trabajo no es seguro

Dentro de unos días ya no hablaremos de Satnam Singh: habrá otras noticias, otros hechos que comentar, más ira que dirigir hacia las injusticias del mundo. Por supuesto, el caso de un trabajador explotado, de negro, amputado por una máquina, privado de cualquier tipo de ayuda y abandonado en agonía sin un brazo, parece condensar cada mal, estimular una indignación profunda y justa, pero también la búsqueda de tranquilidad: “no pertenecen a los italianos gente”, garantiza Meloni. Y en cambio, la elección de los gobiernos recientes de invertir cada vez menos pertenece al pueblo italiano. seguridad en el trabajo: según los informes de la Inspección Nacional del Trabajo, en los últimos ocho años el total anual de inspecciones y peritaciones se ha reducido a más de la mitad, pasando de 221.476 en 2014 a 100.192 en 2022. Ya en el informe de 2016, presentando los datos globales de inspecciones y evaluaciones, los inspectores se consolaron definiendo los datos como “Especialmente positivo si tenemos en cuenta la disminución fisiológica del personal de supervisión que viene afectando a las oficinas territoriales desde hace algún tiempo.“.

A esto hay que añadir un panorama laboral cada vez más precario: realmente, bajo la amenaza de despido (y sin sanciones más efectivas y disuasorias), ¿tienen los trabajadores la fuerza para exigir sus derechos y las protecciones adecuadas?

Trabajo invisible: cómo la propaganda antiinmigración promueve la explotación

A la violencia estructural de la ley del más fuerte, que se impone en el mercado laboral, especialmente cuando quienes deberían controlar no tienen los medios para hacerlo, se suma otra violencia cristalizada.

Todo un sector de la población italiana debe aceptar las condiciones laborales al borde de la esclavituda menudo en números negros: los trabajadores extranjeros, incluso aquellos que poseen un permiso de residencia, deben conservar su empleo, por humillante que sea, para conservar el derecho a permanecer en el país o para evitar ser denunciados y repatriados, si el cierto, no lo entendieron.

Esta violencia se ve confirmada, reafirmada casi inconscientemente, por las declaraciones del gobierno de las últimas horas, con la tan publicitada concesión por parte del Ministerio del Interior del permiso de residencia a la viuda de Satnam Singh: si antes se hubiera garantizado un título legal, a ella y a su marido, no hubieran sido dioses invisible, obligados a sufrir la explotación de personas sin escrúpulos. Quizás Satnam Singh todavía estaría vivo, un número menos en el total de accidentes mortales en el lugar de trabajo.

Si la ayuda denegada (e incluso impedida) a un trabajador moribundo es una barbarie que no pertenece al pueblo italiano, las opciones en materia de inmigración de las últimas décadas. Son políticas que responden a una lógica miope, de emergencia y represiva, que ha favorecido y favorece la explotación tanto de los extranjeros como de los italianos: los primeros, invisibles y chantajeados, son presa de los explotadores, los segundos son víctimas de la involuntaria injusticia. Competencia de mano de obra extranjera de bajo coste.

Nacido en 1992 en la provincia de Milán. Se licenció en derecho con una tesis sobre Danilo Dolci y el derecho al trabajo, gracias a la cual ganó el premio Angiolino Acquisti Cultura de Paz y el premio Matteotti. Actualmente es investigador en derecho laboral. Es autora de los libros Strong Power. La actualidad de la noviolencia (effequ, 2019) y Discutir es diabólico. Retórica y falacias en la comunicación (effequ, 2022).

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