“Aquí está la domus romana escondida”

“La belleza es para todos.” Este es el lema elegido por el Touring Club Italiano para la iniciativa “Abierto para ti bajo las estrellas”, que comenzó ayer y finalizará mañana. En Ancona la cita es doble. Tras el estreno de ayer, hoy se repetirá (de 9 a 13 y de 17 a 24 horas; entrada gratuita). Los ‘protagonistas’ son los restos de una domus romana conservada bajo la sede del Tribunal de Apelación, en via Carducci, a pocos pasos de la céntrica Piazza Roma. Aquí ayer los voluntarios del Touring Club Italiano acompañaron a los participantes a descubrir el lugar, permitiéndoles admirar los evocadores suelos con diseños geométricos y los frescos de las paredes que cuentan las historias de la antigua Roma. Un importante sitio arqueológico, que da testimonio del pasado glorioso de Dorica.

Es Patrizio Piaggesi quien recuerda la historia del lugar, que salió a la luz a principios de los años 1980, durante la construcción del Tribunal de Apelación. “El edificio anterior fue derribado. Pero ya se conocía la existencia de estos restos. Por ejemplo, había una tienda que utilizaba parte de estas habitaciones como almacén. Sin embargo, durante las obras se descubrieron vestigios de las murallas medievales de los siglos XIII y XVI. siglo, y los restos de una domus romana, probablemente una villa suburbana. Esto desmiente a quienes afirmaban que la zona romana de Ancona terminaba en el Arco di Carola”. Piaggesi y la magistrada Rosario Lioniello, ambos voluntarios de TCI, ilustran competentemente los artefactos presentes. Sorprenden los mosaicos de la domus, con decoraciones del tercer tipo pompeyano, donde dominan el rojo, el negro y el verde. Decoraciones donde el uso de cubos y rombos suelen dar la idea de tridimensionalidad. Para ‘desfigurarlos’ hay una tubería de agua medieval, a la que incluso puedes entrar.

En la otra parte del sitio destacan las murallas que, explica Piaggesi, “desde Piazza Roma se elevaban hasta la Ciudadela, hasta el Bastión de San Paolo”. Detrás de los restos de la muralla se encuentra la calzada romana a la que se asoman algunos vanos. Eran las entradas a tiendas y tabernas. También aquí se encuentran restos de mosaicos romanos, lamentablemente mal conservados. Y aquí también, al otro lado de la carretera, hay un oleoducto. Romano, según la versión oficial. Pero hay quienes plantean otra hipótesis. Se trata de Paolo Morini, estudioso de la historia local (escribió el libro “Ancona, la púrpura, el agua”), según el cual el objeto es en realidad obra de los siracusanos, los fundadores de la ciudad. “La cercana Fontana del Calamo, los 13 Caños, es típicamente griega. Una fuente con capacidad diaria. Es decir, siempre estaba llena.” Hipótesis interesante, que contribuye a aumentar el encanto de un lugar que sólo tiene un defecto: está siempre cerrado, también porque se utiliza como archivo del Tribunal de Apelación.

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