Nueva absolución para los imputados por la muerte del pequeño Giancarlo Esposito

Nueva absolución para los imputados por la muerte del pequeño Giancarlo Esposito
Nueva absolución para los imputados por la muerte del pequeño Giancarlo Esposito

La muerte de Giancarlo Esposito, ocurrida el 2 de julio de 2014 en la piscina municipal de Campagnano, sigue suscitando debate y polémica. La reciente sentencia del Tribunal de Apelación de Catanzaro confirmó la absolución de los cinco acusados, ya declarados inocentes por el Tribunal de Cosenza hace dos años.

Carmine Manna, representante legal de la empresa que gestiona la instalación deportiva, y las educadoras Franca Manna, Luana Coscarello, Martina Gallo e Ilaria Bove fueron nuevamente absueltas. La Fiscalía, que había solicitado una pena de cinco años de prisión para cada uno de los acusados, también vio desestimado su recurso en segunda instancia. Los abogados defensores Marcello Manna, Concetta Coscarella y Sabrina Rondinelli demostraron eficazmente su tesis, obteniendo una nueva absolución para sus clientes.

Durante el juicio, la causa de la muerte de Giancarlo estuvo en el centro de un intenso debate de expertos. El fiscal apoyó la teoría del ahogamiento, mientras que los defensores se inclinaron por los problemas de salud del niño. Para resolver la disputa, el juez ordenó una tercera tasación. El experto a cargo, el doctor Alessandro Bocchini, concluyó que la muerte del pequeño Giancarlo se debió a una miocarditis aguda fulminante.

Según el Dr. Bocchini, los estudios histológicos e histoquímicos revelaron la presencia de focos de miocarditis en el corazón del niño. “Descarto la posibilidad de que se haya ahogado”, declaró Bocchini, explicando que Giancarlo murió repentinamente a causa de una miocarditis, con pérdida inmediata del conocimiento. La presencia de focos de miocarditis se consideró prueba definitiva para excluir el ahogamiento.

La Fiscalía siguió apoyando hasta el final la teoría del ahogamiento, basándose en diversos síntomas encontrados durante la autopsia. Estos incluyen la presencia de un hongo espumoso en la laringe y otros signos detectados en el hígado y los intestinos del niño. Sin embargo, Bocchini se mostró categórico en su valoración: “La causa de la muerte es una miocarditis, sin temor a contradecirse”. Para reforzar esta conclusión también hubo algunas pruebas cruciales: la ausencia de agua en los pulmones y el estómago y el hecho de que Giancarlo todavía estaba vivo cuando lo subieron a la ambulancia.

Por tanto, la sentencia de segundo grado confirma la validez de los argumentos de la defensa. Los acusados ​​fueron nuevamente absueltos del cargo de homicidio, con la confirmación de que la muerte del pequeño Giancarlo fue causada por una miocarditis aguda fulminante y no por ahogamiento.

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