Juegos Olímpicos y Paralímpicos: Athletica Vaticana, el volumen “Juegos de la Paz” presentado ayer en el Estadio Olímpico

Juegos Olímpicos y Paralímpicos: Athletica Vaticana, el volumen “Juegos de la Paz” presentado ayer en el Estadio Olímpico
Juegos Olímpicos y Paralímpicos: Athletica Vaticana, el volumen “Juegos de la Paz” presentado ayer en el Estadio Olímpico
Foto Medios Vaticanos/SIR

“En el momento histórico particularmente oscuro que vivimos, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París son una oportunidad para la paz. Pensando en el valor de la tregua olímpica – propuesta por las Naciones Unidas – mi esperanza es que el deporte pueda construir puentes, derribar barreras y promover relaciones pacíficas”. El llamamiento del Papa fue relanzado ayer por la tarde, 17 de junio, en el marco extraordinario del Estadio Olímpico, con motivo de la presentación del libro “Juegos por la paz. El alma de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos”, que comienza con el prefacio de Francisco expresamente dedicado a la paz. Un llamamiento que el Pontífice renovó también el pasado viernes en el G7.
Las palabras del Papa en el libro – publicado por la Libreria editrice vaticana, por iniciativa de Athletica Vaticana, editado por Vincenzo Parrinello – fueron el hilo conductor del animado encuentro en el Olímpico, 39 días después de la ceremonia de apertura de los Juegos de París. En el prefacio del libro, Francisco espera “que pueda ser aceptado el llamamiento a una tregua que surge del lenguaje olímpico popular común, comprensible para todos, en todas las latitudes”. Mi esperanza es que el deporte olímpico y paralímpico (…) pueda ser un canal diplomático original para superar obstáculos aparentemente insuperables.” Con la conciencia, afirma el Papa, de que “el auténtico espíritu olímpico y paralímpico es un antídoto para no caer en la tragedia de la guerra y redimirse poniendo fin a la violencia”.
Apoyando esta propuesta de paz a través del deporte estuvieron, ante todo, dos deportistas del equipo de refugiados: el colombiano Amelio Castro Grueso, un esgrimista paralímpico con una historia de renacimiento tras ver asesinada a su madre, y la afgana Mahdia Sharifi, campeona de taekwondo obligada a abandonarla. Patria: un verdadero símbolo de la redención de la mujer también a través del deporte. “Cuando llegué a Roma, Cáritas me recibió en la estación Termini”, dijo Amelio, que entrena con Fiamme oro. “No me siento inferior porque no muevo las piernas – concluyó -: mi verdadera medalla, más allá de la que espero ganar en los Juegos Paralímpicos de París, es hacer la voluntad de Dios”.
La tarjeta. José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la cultura y la educación, volvió a dar voz a la visión del Papa Francisco sobre la solidaridad y la fraternidad en el deporte: “Ningún ser humano camina solo porque siempre hay alguien que lo cuida. En este sentido, cada deportista está llamado a aportar su contribución para dar al deporte un rostro más ético, tolerante, inclusivo, humano y profético”. Silvia Salis, vicepresidenta adjunta del CONI, señaló dos dimensiones fundamentales de la actividad competitiva, la lealtad y la disciplina. Luca Pancalli, presidente del Comité Paralímpico italiano, insistió en la necesidad de una “contaminación virtuosa” entre deporte y sociedad civil: el “sueño” de quienes practican deporte es, de hecho, lanzar “semillas de esperanza que puedan ayudar a hacer la sociedad un poco mejor.”

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