Después de la inundación, 118 puentes bajo escrutinio

En los próximos meses se iniciará un censo general sobre el estado de los puentes en la zona románica de Faenza tras las inundaciones del año pasado. Son 118 – de un total de 253 – las estructuras que serán objeto de observación, según sobre todo tres criterios: el peligro (es decir, la degradación de las estructuras y los materiales), la vulnerabilidad (es decir, el esquema estático de la estructuras y la luz’ que caracteriza las características del puente) y la exposición, que coincide con el tráfico medio diario. Será el juicio sobre estos tres parámetros el que establecerá qué obras serán investigadas principalmente.

Tras una negociación directa, el censo se confió a la empresa 4 Emme Service Spa, con sede en Bolzano y varias oficinas repartidas por el centro-norte y las islas. “La actividad -leemos en la resolución- debe realizarse mediante el análisis del estado actual de conservación de cada obra y su estado real de deterioro, con el fin de planificar las intervenciones de mantenimiento necesarias y asignar los criterios para establecer las prioridades de las intervenciones a realizar, en una sola obra o entre diferentes obras, y para una correcta estimación económica de las propias intervenciones. Las actividades deberán realizarse de forma que se determine una imagen correcta del deterioro de la obra. evaluando los defectos individuales de cada elemento estructural – arcenes, pilares, tablero, pilas, juntas, arcos, travesaños – y elementos accesorios, tales como pisos, antepechos y barandillas, bordillos, conducción de agua, postes de alumbrado, servicios subterráneos”.

La inundación fue la mayor prueba que tuvieron que soportar los puentes de la zona romaña de Faenza durante la posguerra: algunos resultaron tan dañados que ahora estaban destinados a la demolición – este es el caso del Ponte delle Grazie – otros, en particular en el territorio de Riolo Terme, vieron a los técnicos trabajando para liberarlo de las presas que se habían formado debajo de la estructura, mientras que otros fueron literalmente arrastrados, como en el caso del puente aguas arriba en via Ceparano, literalmente devorado. por las aguas del Marzeno.

Filippo Donati

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