El día que cambió el futuro del país. De la pesadilla de las bombas a las palabras del coronel Buenas noches

El día que cambió el futuro del país. De la pesadilla de las bombas a las palabras del coronel Buenas noches
El día que cambió el futuro del país. De la pesadilla de las bombas a las palabras del coronel Buenas noches

Sentida y numerosa participación en la ceremonia por el 80° aniversario de la liberación nazi-fascista de Argentario. Numerosas personas estuvieron presentes en la conferencia “Una fecha olvidada”, impartida por Danilo Terramoccia (con el moderador Massimo Fanciulli y el discurso del alcalde Arturo Cerulli). Cada país tiene sus propias fechas para recordar, aniversarios que pertenecen a la comunidad, donde su compartir resalta el sentido de pertenencia, elemento fundacional y agregativo de cada movimiento cultural. Con esta iniciativa se celebró uno de estos hitos históricos, el momento en que el coronel Harold Stevens, llamado cariñosamente “Coronel Good Evening” por el cordial saludo con el que se inicia cada emisión en la radio londinense, anunció: “A las 22.30 horas de esta tarde El 11 de junio de 1944, las tropas alemanas abandonaron el bastión de la Wehrmacht en el Mediterráneo de Porto Santo Stefano. El país es finalmente libre. El encuentro se celebró en la sala parroquial de via Galli y fue organizado por el movimiento político-cultural “Per l’Argentario”. También se proyectaron imágenes de la época del bombardeo de Porto S. Stefano. Una herida aún abierta en la comunidad argentina. Los bombardeos de Porto Santo Stefano tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial, entre el 8 de diciembre de 1943 (otra fecha significativa para el país) y el 7 de junio de 1944 contra Porto Santo Stefano. El municipio, que fue utilizado por las fuerzas alemanas como centro de suministros destinados a la línea Gustav, sufrió 95 bombardeos por parte de las fuerzas aéreas angloamericanas. Las incursiones convirtieron a Monte Argentario en el segundo municipio italiano más devastado, después de Cassino. Las bombas lanzadas sobre zonas residenciales provocaron la pérdida del 96% del parque inmobiliario y la muerte de 165 habitantes. Al final de la serie de bombardeos, lo único que quedó de la ciudad fue una montaña de ruinas y escombros. Y los túneles utilizados por los habitantes para esconderse y refugiarse de los distintos bombardeos aún son visibles en varios puntos del promontorio. De todo esto y más se habló en la jornada, que finalizó con una pequeña degustación ofrecida por la asociación Presidi di Toscana – Officina del Gusto Aps.

Andrea Capitani

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