La Policía Financiera de Pesaro descubre una estafa valorada en unos 15 millones de euros. También participaron empresas de la zona de Rávena.

La Policía Financiera de Pesaro descubre una estafa valorada en unos 15 millones de euros. También participaron empresas de la zona de Rávena.
La Policía Financiera de Pesaro descubre una estafa valorada en unos 15 millones de euros. También participaron empresas de la zona de Rávena.

Gracias a la operación “El carrusel detenido” de la Comandancia Provincial de la Guardia di Finanza de Pesaro, se descubrieron 15 casos de fraude agravado que implicaban numerosas solicitudes de financiación para apoyar la internacionalización de empresas italianas: gracias a la colaboración activa de Simest (un sociedad propiedad de Cassa Depositi e Prestiti) fue impedida de desembolsarlo una suma superior a los 15 millones de euros.

Entre las empresas que se beneficiaron de la maxi estafa, algunas tenían domicilio social en las provincias de Rávena.

Los sospechosos habían ideado una especie de estafa de mejores prácticas para pasar los controles. Tres fueron arrestados y se suspendió el registro de un contador que creó estados financieros falsos. Entre los delitos impugnados se encuentran el autoblanqueo, la falsedad contable y la malversación de fondos – explica Ansa.

Los financieros también practicaron embargos preventivos contra los cuatro sospechosos y dos empresas por un importe de 490.198,62 euros. Las órdenes y decretos fueron emitidos por el juez de instrucción de Pesaro a petición de la Fiscalía Europea (Eppo) de Bolonia. Por lo tanto, se han bloqueado las solicitudes ilícitas de financiación pública desembolsada con fondos del Pnrr por valor de más de 15 millones de euros, que habrían sido asignados por Simest.

La investigación se inició inicialmente contra una sociedad de responsabilidad limitada con sede formal en Pesaro, beneficiaria de financiación subvencionada y garantizada por el Estado y la UE, atribuible a un administrador y accionista único; Las financieras también han detectado otros casos similares en beneficio de otras empresas con domicilio social en provincias de Rávena y Bolzano.

En la práctica se crearon sociedades anónimas que en realidad eran cajas vacías, con domicilio social y unidades inexistentes por mera domiciliación social, existiendo sólo para defraudar a los organismos públicos. Las empresas nunca habían presentado declaraciones de impuestos, algunas desde hacía más de 20 años, pero los sospechosos crearon al menos dos estados financieros falsos que mostraban ingresos millonarios y los presentaron en el Registro Mercantil, cometiendo así el delito de comunicaciones corporativas falsas.

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